PSOE y la Iglesia sellan la paz en CajaSur

«No queremos más injerencias, ni que nadie nos marque la agenda, si vamos al final, lo haremos con independencia y convencimiento desde la sensatez», afirmaba ayer una fuente muy solvente de la entidad a este periódico. Y es que en Cajasur también siguen convencidos de que su plan A, el plan de saneamiento y liquidez (1.681 millones de euros para 2009) puesto en marcha en noviembre pasado, está dando resultados, de ahí que también aguarden al fondo de capitalización y avales que pergeña el Estado.
Una cautela que contrasta con la prisa que hay en Unicaja, después de que el PSOE andaluz, casi a golpe de martillo, le haya despejado del camino a Cajasol y hasta Caja Granada. Varias fuentes consultadas por ABC ratifican la apuesta de Unicaja en una ficticia porra. Su fortaleza es obvia: 32.155 millones de euros de activos en 2008, 286 millones de beneficio neto, un volumen de negocio de casi 50.000 millones y unos ratios de solvencia y morosidad del 10,7% y el 2,8%, respectivamente. Datos no desmerecidos por los de Cajamurcia, que aportaría menos solapamiento de oficinas y riesgo.
Los temores que hay en la Iglesia se basan, por un lado, en las diferentes corrientes que conviven en cada uno de los partidos políticos mayoritarios en Cajasur. En el PSOE, además de los propios representantes en la entidad, no respiran igual ni los socialistas de Córdoba ni los del resto de Andalucía, ni la dirección regional ni la clave federal. Tres cuartos de lo mismo ocurre con el PP, que maneja más influencia en Unicaja que, por ejemplo, en Cajasol (y domina en Cajamurcia).
Ayer, en vísperas de la asamblea general ordinaria de hoy, fuentes internas indicaban que las «negociaciones para una fusión están muy avanzadas», aunque tampoco descartan «exabruptos de última hora». Pero el mensaje interno tras el martes es: «cautela y sensatez».