Pablo VI, el Papa del Concilio Vaticano II

Recordemos también que fue el primer Papa que hizo una peregrinación a Tierra Santa, donde tuvo un encuentro memorable con el patriarca Atenágoras, con aquel gran abrazo entre los máximos representantes de las Iglesias de Oriente y de Occidente, un gesto que llevaría, al final del Concilio Vaticano II, a anular las mutuas excomuniones entre Roma y Constantinopla, que venían del siglo XI.
Pablo VI fue el Papa que hizo cardenales a Karol Wojtyla (en 1967) y a Joseph Ratzinger (1977), ambos sucesores suyos, que se han convertido en san Juan Pablo II y Benedicto XVI, hoy Papa emérito.
También fue el Papa que comenzó los viajes apostólicos, además de la ya mencionada peregrinación a Tierra Santa durante el Concilio Vaticano II, a las Iglesias locales de los cinco continentes. Entre las muchas cosas que se pueden recordar de este Papa está la encíclica Populorum Progressio (1967), escrita al final del colonialismo, cuando nacían y crecían en el mundo nuevas naciones y nuevos estados. Después publicó la Humanae Vitae (1968), la encíclica sobre el control de la natalidad y los valores de la familia. De la última etapa de su pontificado es su exhortación apostólica sobre el anuncio del Evangelio, Evangelii Nuntiandi, del 8 de diciembre de 1975, un texto que aún hoy es un punto de referencia cuando se habla de la evangelización.
Recuerdo que el papa Francisco, que tiene una gran admiración por el papa Montini, en la audiencia que nos concedió a los participantes en el reciente Congreso de la Pastoral de las Grandes Ciudades, el 27 de noviembre de 2014, concluyó sus palabras haciendo un gran elogio de Pablo VI: "En los escritos del beato Pablo VI cuando era arzobispo de Milán –nos dijo-, hay una verdadera reserva de cosas que nos pueden ayudar a llevar el Evangelio a las grandes ciudades".
+ Lluís Martínez Sistach
Cardenal arzobispo de Barcelona