A los cien años de Fátima

Las apariciones de la Virgen con mayor resonancia tuvieron como protagonistas a niños: Juan Diego en Guadalupe (México); Bernadette en Lourdes (Francia), y los pequeños Lucía, de 10 años, y sus primos Francisco y Jacinta, de 9 y 7, en Fátima (Portugal). De esta última hace justamente cien años y con tal motivo el Papa Francisco acudió al Santuario, como lo había hecho Pablo VI cuando fue el cincuentenario.

Sucedió el 13 de mayo de 1917, cuando los tres pastorcitos habían llevado su rebaño a pacer junto a la Cova de Iria, un paisaje de Portugal absolutamente ignoto para la humanidad hasta aquel momento. La Virgen María les pidió que volvieran cada día 13 hasta octubre, como así hicieron, cada vez con mayor expectativa de la gente que se les sumó.

Fue también un día 13, aunque de febrero, cuando en 2005 murió Lucía. Sus primos fallecieron al poco de las apariciones, pero ella vivió hasta los 97 años, primero en los conventos de Tuy y Pontevedra, y finalmente en uno de Coimbra, donde fue enterrada.

Su nombre fue conocido universalmente. El santuario que se levantó en el lugar de las apariciones registra millones de visitas cada año. Mientras tanto, durante sus ochenta años de vida religiosa, Sor Lucía los pasó en la discreción más absoluta, siendo una más de las hermanas del convento. En su celda podían verse imágenes de los tres pastorcitos, una butaca, la silla de ruedas, un pequeño escritorio, y un altavoz que le sirvió en los últimos tiempos para seguir la misa y la oración comunitaria.

La prensa intentaba inútilmente entrevistarla o filmarla. Y muchos se preguntaban, con cierto morbo, sobre los mensajes secretos que custodiaba el Papa, hasta que el año 2000, Juan Pablo II los hizo públicos. Se vio entonces que aludían a la Revolución Rusa de 1917, a la caída del comunismo de 1989 y al atentado que sufrió el mismo Papa el 13 de mayo de 1981.

San Juan Pablo II, siempre consideró que la Virgen le había salvado la vida, estimando la coincidencia de fechas: 13 de mayo. Un año después del atentado acudió a Portugal y a Fátima a dar gracias, y donó la bala extraída de su cuerpo para enriquecer la corona de la imagen de María.
Al cumplirse cien años de la primera aparición recordamos estos hechos, pero sobre todo debemos tener presente el fondo de los mensajes marianos a los pastorcitos: la necesidad de hacer oración y penitencia pidiendo por el perdón de los pecados, y el consejo de la Virgen de rezar el Rosario, oración mariana y cristológica por excelencia.

† Jaume Pujol Balcells
Arzobispo metropolitano de Tarragona y primado
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