¿Qué clase de Rey es Jesús?

En nuestro tiempo de democracia, la condición de Rey va ligada a la historia de los reyes absolutos, o en la actualidad a los monarcas constitucionales. Si aquellos mandaban de forma arbitraria, los de ahora apenas si son algo más que figuras representativas de la nación.
¿Cómo es el reinado de Jesucristo? ¿Es un rey absoluto, por razón de su soberanía también absoluta, o es un rey constitucional que se limitó él mismo su poder al gobernar sobre personas que tienen el don, concedido por Dios mismo, de la libertad? Es Jesucristo mismo quien dio respuesta, en el interrogatorio a que lo sometió Poncio Pilato. El procurador romano le interpeló: «”Entonces, ¿tú eres rey?” “Yo soy rey. Para eso he nacido, para eso he venido al mundo, para atestiguar la verdad”» (Jn 18,37)
Jesús no se negó a confesar su realeza ante Pilato. Pero le hizo ver que era distinta a las realezas humanas. Sabía a qué se exponía al contestar cómo lo hizo, pero si vino para atestiguar la verdad, debía proclamarla.
El mismo evangelista nos cuenta otra reacción del Señor en un momento previo. Cuando, después de un milagro, quieren hacerlo rey, se marcha: «Jesús, conociendo que pensaban venir a llevárselo, y a proclamarlo rey, se retiró de nuevo al monte, él solo» (Jn 6, 15). Es asombroso: cuando todo lo tiene a favor para ser reconocido rey, huye, y cuando la confesión de su realeza puede costarle la vida, la atestigua.
Puede servirnos de lección de humildad, de que no hemos venido a ser servidos sino a servir, y de lección de autenticidad, de quien nos enseñó a confesar la verdad incluso en circunstancias difíciles. Es lo que hicieron los apóstoles y tantos mártires y confesores a lo largo de los siglos.
En la fiesta de Cristo Rey, pidámosle que seamos humildes como para no aspirar a recibir honores, y a ser valientes para no someternos al pensamiento único de lo políticamente correcto en cada momento. Los cristianos debemos respetar a todo el mundo, pero comenzando por respetar nosotros mismos nuestras convicciones, que no por manifestarlas con caridad, deben ser expresadas con menor claridad.