Blázquez presenta un libro sin nadie de Madrid a su lado

La gente sencilla está con Blázquez (quizás porque le gusta más el diálogo que la imposición) y la sala de los paulinos estaba llena. Unas 200 personas que, para una presentación de un libro, a las 7,30 de la tarde y en la zona de Arturo Soria no está nada mal.
También parece estar con Blázquez la FERE y la CONFER, cuyos representantes allí estaban. Y la Universidad Pontificia de Comillas, representada por su rector, el padre Bustos. Y la Pontificia de Salamanca, representada nada menos que por Olegario González de Cardedal (¿Se están uniendo las Pontificias ante el acoso del cardenal Rouco, que quiere suplantarlas con su Facultad de Teología San Dámaso?).
En primer fila, destacaba la presencia de Elías Yanes, líder durante muchos años del sector moderado y encarnación, por tanto, de los obispos que siguen apoyando a Blázquez. Algunas presencias obligadas: la del secretario de la CEE, padre Martínez Camino, al que todos consideran un hombre de Rouco. Poca gente de la CEE. Sólo vimos, además de camino, a Catela y a José María Gil. ¿Tantas y tan notables ausencias reflejan el poco apoyo con el que cuenta el obispo de Bilbao en la Casa de la Iglesia?
Significativa la presencia en el acto de la directora general de Asuntos Religiosos, Mercedes Rico, acompañada del líder de Cristianos Socialistas, Carlos García de Andoin. Signo evidente de que el Gobierno socialista está con Blázquez.
Significativa también la ausencia del cardenal de Madrid o, al menos, de alguno de sus auxiliares en la presentación. ¡Estos gestos retratan más que mil palabras!
En la mesa de presentadores, Rafael ortega, presidente de la Ucip y Joaquín Luis Ortega. Este último definió a Blázquez como “obispo de los de pontifical o del pastoreo”, citando a Isabel la Católica y dejando entrever que hay otros obispos que se dedican a otras cosas más que al pastoreo.
Blázquez contó que tiene “un metro de libros del Papa Ratzinger en sus estanterías”. Y tras un recuerdo emocionado a su amigo monseñor Romero Pose, recientemente fallecido, confesó que “el título se me ocurrió conduciendo”.
Dijo también que “el Papa tiene el don de la palabra escrita” y dijo que los obispos latinoamericanos reconocieron en Aparecida que “en sus países hay sed de Dios”. Y concluyó, repitiendo: “Es muy bueno para el hombre creer en Dios”.