Un geriátrico de lujo en el seminario de Ourense

Un seminario de altura, con excelentes profesores. Recuerdo al ya anciano Gil Atrio, a Parada Penedo, a Gómez López, a Vizcaya, al músico Estévez, a Don Alfonso...y a tantos otros que, con rigor y paciencia, molderaron nuestras mentes y nos dotaron de una base sólida para afrontar la vida. De aquella época salieron bastantes curas, pero sobre todo cientos de buenas personas, bien preparadas, que, después, triunfaron en la vida. Y hoy son excelentes profesionales en diferentes sectores sociales.
Dejó tanta huella el seminario que, todavía hoy, pasados más de 30 años, nos seguimos juntando por cursos. Quedamos a cenar o a comer (los que podemos) una vez al año. Para recordar. Y echar unas risas...Y, en cierto, sentido, volver a la infancia.
Pues bien, a nuestro seminario mayor (con ya pocos seminaristas) lo quieren convertir en un geriátrico. Y de lujo. Cada habitación costará unos 1.500 euros al mes que, en Ourense, son muchos euros.
Hay que aprovechar los recursos disponibles y rentabilizar un edificio que probablemente no vuelva por sus fueros vocacionales. Pero, ¿para convertirlo en una residencia para pudientes? Dicen que la idea fue del anterior obispo (todavía administrador, hasta que llegue el nuevo, Quinteiro), pero le va a dejar el pastel a su sucesor, posiblemente monseñor César Franco.
Entre el clero ourensano cunde el malestar por la decisión de Quinteiro, que atenta contra la buena imagen de la diócesis. Una diócesis que, por lo que me cuentan, está saneada y presenta unas buenas cuentas económicas. Y con la creación de un entramado empresarial, que hasta comercializa vino. Un entramado dirigido por el todopoderoso ecónomo de la diócesis, José Rodríguez Gallego.
El nuevo obispo tendrá que cargar, de entrada, con este feo asunto del seminario reconvertido en residencia de ancianos de lujo. Eso sí, con vistas extraoridinarias al rio y a la ciudad. Por algo está en Vista Hermosa.
José Manuel Vidal