El Cardenal Pedro Segura, ejemplo para no imitar sus aspectos negativos II

Fue el cardenal Segura una maravilla de obispo celoso y con afán de santidad, en muchos aspectos, pero aquí me voy a fijar en SUS SOMBRAS, SUS TALANTES NEGATIVOS, para que sirva de reflexión a nuestros queridos obispos y dignatarios eclesiásticos y no tropiecen en parecidas piedras.


Ideas tomadas de la biografía "Pedro Segura. Un cardenal de Fronteras" de Francisco Gil Delgado. Editorial La BAC.

Obispo de Coria y Cáceres
Previamente a la entrada en Coria, envió limosnas para los pobres, los acogidos por la conferencia de San Vicente de Paúl. Y pasado el frío del invierno, comenzó en 1921 la primera visita pastoral. Comienza en España el nuevo nuncio, Tedeschini, con el que Segura se llevó muy bien en aquel entonces.

En Coria ya no cabe un obispo. Desde el comienzo Pedro amó a Cáceres. Pronto trasladó la sede a Cáceres, capital de la provincia.
Tenía problemas con los curas por su talante impositivo. A quienes se resistían a acudir a las conferencias morales, les imponía multas pecuniarias. Esta actitud no le granjeó simpatías.

Asambleas parroquiales y entronizaciones
Las asambleas fueron inicialmente anuales. Pero no se trataba del tipo asambleario de hoy, con votaciones, diálogo, debate. Mandó que se celebraran en todas las parroquias, pero no lo logró. Las asambleas eucarísticas tuvieron más éxito; dieron después origen a los congresos eucarísticos.

Visita pastoral a Las Hurdes
La habían hecho ya predecesores suyos como Spínola y Jarrín. Segura le dio bombo al asunto. Residía en Las Hurdes, durante la vista pastoral, en una casa sin puerta ni ventana. Hay en él obsesión de presentarse como la "génesis" de la misión hurdana, olvidándose de otras huellas que le precedieron. Hizo mucho por las Hurdes, creó iglesias; y sobre todo estimuló al Rey Alfonso XIII con un informe que le mandó. para que éste visitara la región personalmente. Después de esta visita se creó un patronato hurdano y, poco a poco, empezó a salir de su miseria.

Pero fue "la gran suerte" de Segura el contacto personal, comenzado ya en Valladolid, con Alfonso XIII. Éste le hizo subir como la espuma en el escalafón clerical. Las relaciones entre ambos fueron muy cordiales. El Rey decía de Segura: "Con unos cuantos obispos así, arreglaba yo España". Y en otra ocasión: "Después de Cisneros, Segura". Pero nadie podrá negar el inicio del desarrollo de las Hurdes gracias a Segura. Y... fue el trampolín de su ascensión. La buena imagen de Segura estaba siendo seguida por la Santa Sede, vía nunciatura. Sus escalas pontificales, prontas a venir, fueron consecuencia de esto. Segura se emplea a fondo a conservar la buena imagen del Rey. Escribe en el periódico un artículo laudatorio a favor del monarca, parafraseando frases de Santa Margarita María de Alacoque. Segura mira al Rey con extremos de veneración.


En vacaciones
En los veranos marchaba Segura a Cestona a tomar aguas para cuidar su hígado. Veraneaba también en Azpeitia, Elorrio y Alhama de Aragón. Años más tarde lo haría en Cuenca. Celebraba Misa a la cuatro de la mañana; después tomaba aguas; daba un paseo por el campo, acompañado de algún familiar. Al pueblo no iba, sino para predicar. Decían de él: "Era serio como un guardia civil, siempre vestido con sotana, pectoral y botones rojos, anillo y solideo.
Arzobispo de Burgos

Alfonso XIII propuso a Pío XI el traslado de Segura a Burgos. Y no dejará este monarca que nuestro obispo caliente la silla arzobispal de Burgos. Sin salir aún de la diócesis de Coria, pisa firme en los pasillos de ministerios de Madrid. La salida de Cáceres será tan pomposa y multitudinaria como la de Valladolid. Es el mes de julio de 1926.

Pronto comenzó la visita pastoral a la diócesis burgalesa. Y su estilo fue desde el principio en confrontación con la cultura secular. Sus pastorales fustigaban los abusos. "... el relajamiento de la disciplina inspira grandes temores, ya que el espíritu democrático y revolucionario de tal modo ha penetrado en la constitución de las familias y de la sociedad, que amenaza su destrucción". Cree que todo es malo y aún se cree un nuevo Cid Campeador para luchar contra la corriente. Segura no llegará a ser profeta en su tierra. Se muestra mayor inquisidor del clero burgalés que en Cáceres. No conseguirá hacerse amar.

Enorme rigidez
Mandó un cuestionario de 34 preguntas a los sacerdotes que llevaba trilita dentro; se metía hasta en la intimidad personal. Había algunas cuestiones como éstas: Con qué sacerdote se confiesan el párroco y los coadjutores. Qué libros leen y a qué periódicos y revisas están suscritos. Y era del todo obligatorio responder. El clero se sintió humillado. Muchos seglares compraron el boletín para reírse del cuestionario en las tertulias. Suspendió "a divinis" a los sacerdotes que acudieron al circo alemán; prohibió pasear al clero por el Espolón, y les obligó a no ausentarse para que la gente viera el castigo. A veces imponía multas pecuniarias por no asistir a ciertas reuniones. Un ordenanza de palacio espiaba a los sacerdote que iban a los bares y había de dar sus nombres. Su rigidez en el trato se acentuó; marcaba las distancias.

Convocó a un acto de reparación pública, ante el S. Sacramento, por los sucesos de una noche en el Espolón: varios hombres borrachos entonaron canciones religiosas en plan de broma o burla. ("Parodias indignas y actos execrables que desdicen de la religiosidad y de la cultura").

Su rigidez era enorme: el vestir femenino en los templos, con mangas y sin nada de escote, hechura y colores modestos, cubiertas las rodillas incluso niñas de más de siete años. Arremete contra la música de foxtrot como cavernaria. Contra los deportes, porque en ellos no se busca el arte o la higiene, sino la triple concupiscencia. Pero fue contestada su rigidez.

Husmeaba en libros, cátedras, movimientos y grupos sociales; buscaba en ellos huellas de modernismo con celo inquisitorial.
Con el Dictador y el Rey

Nunca fue amigo de Primo de Rivera, quizás porque amortiguaba el protagonismo a su Rey, Alfonso XIII. No se quitan los ojos el Monarca y Pedro Segura. A las 4,20 de la madrugada pasa el tren por Burgos con su Majestad, camino de Francia. Sale Segura al andén a esas horas, aun sabiendo que el Señor iba durmiendo. Llegó a proclamar a la familia real como ejemplo de catolicidad española.
Cuando fue creado Cardenal, dio gracias a Pío XI, y acabó emocionado con la figura de Alfonso XIII, "el Monarca que tanto quiere a esta ciudad y a quien debemos profesar gran amor por los desvelos que tiene para Burgos y amor a su patria".

En Toledo

No llegó a un año su estancia en Burgos. Alfonso XIII quería para él lo más elevado de España. Por eso, en cuanto quedó vacante la archidiócesis primada, Toledo, gestionó para que la ocupara Segura. Advierte bien pronto en su nueva diócesis "sobre la vigilancia a que le obliga la salvación de las almas". Hubo un tiempo en que era a la vez Arzobispo de Toledo, administrador apostólico de Burgos y de Coria - Cáceres. Gran parte de España estaba regida directa o indirectamente por él. Tenía no mucho más de cuarenta años. Todo un récord en la carrera eclesiástica. En la primacía de Toledo era el presidente de la Conferencia de Metropolitanos. "Su actividad era muy personalista, anulaba a todo el mundo.

En Toledo era el superpárroco, lo atraía todo". Su pensamiento no evolucionaba. El ideal de vida y la felicidad del pueblo están en el pasado, pues el presente está emponzoñando todo.

Coronación de la Virgen de Guadalupe
Fue en 1928, con asistencia, claro, del Rey, a quien concede Segura el honor de poner sobre la cabeza de María la corona. Más tarde vuelve el Rey a Toledo a participar en una Misa mozárabe, y le nombran a Segura "Maestro honorario", por aquello de que sus padres eran de esta profesión. Al año siguiente fallece la Reina Madre, María Cristina, y entre otras cosas ordena el Cardenal que cada sacerdote aplique por su cuenta una Misa en sufragio de su alma.
Hay por esa época en la diócesis un conato de formación de una especie de sindicato clerical; él lo corta porque "se respira insubordinación e indisciplina", y prohíbe toda institución sacerdotal que no sea para fomentar la piedad.

Los Rotarios
Su pastoral no se situaba en el clima de diálogo, sino en aislamiento. En los años 28 apareció en España la "Liga de bondad... de Rotarios". Era de carácter neutro. Segura ni corto ni perezoso, aunque no los condenó, advirtió a los católicos españoles que no se afiliasen a este secularismo moderno. El Vaticano nada arguyó contra ellos. Este hecho dejó marcado al Cardenal; desde estas fechas menudean los ataques contra Segura por parte de logias y diversas ligas seculares.

Sigue la amistad con Alfonso XIII
Casa a la Infanta Isabel Alfonso con el conde Zamoyski, y les regala una vajilla completa de mesa. El Rey condecora a doña Juliana, madre del Cardenal, con la Gran Cruz de Alfonso X, como maestra jubilada. ¡Doce platos de menú en el banquete!
El año 30 convoca un concilio provincial con obispos sufragáneos. En el desarrollo aludiría a la historia de los concilios de Toledo, y en él manifestaría la fidelidad de la Iglesia española a la Monarquía. Pide después el voto en las elecciones para los candidatos monárquicos. Y... poco a poco va cavando su propia fosa.

Actividad imparable
La sombra de Segura se extiende por toda España; se le ve lo mismo en Sevilla que en Vitoria y Salamanca; siempre bendiciendo y entre repique de campanas, rodeado de autoridades. Recibe visitas de la Asociación Patronal, de diversas personalidades. Su actividad es constante y diversa. Un monumento al Corazón de Jesús en Toledo había que levantar; Pedro busca aportaciones, pero no siempre encuentra lo que quiere.
Cuando se siente amenazado, organiza acontecimientos religiosos de masas. Tiene gran poder de convocatoria..

Y llega la República
Todos los obispos acatan de inmediato el nuevo régimen republicano. Segura tarda quince días en hacerlo. Todos los ojos están fijos en él, líder número uno de la Iglesia española. Segura mientras tanto impone rogativas en la diócesis "durante todo el tiempo que las necesidades actuales perduren".

Segura expulsado de España
Marcha a Roma nuestro prelado. Y desde allí manda un cable a Alcalá Zamora pidiéndole entrevista para hablar de lo comentado con Pío XI. No hay respuesta. Vuelve a España y no se atreve a regresar a Toledo. Marcha a Guadalajara. Desde el ministerio de la Gobernación se da orden de vigilar todas las carreteras de esta ciudad, que pertenece a la diócesis propia de Toledo. Y en las cercanías de la capital es detenido el coche del Cardenal.

Es conducido al Gobierno Civil y se le deja incomunicado. Al final del día, después de una gestión de un sacerdote es llevado al convento de los Paúles a pasar la noche. Protesta el Cardenal de que se está impidiendo el ejercicio de su jurisdicción; de nada sirve.


Al día siguiente es expulsado de España, por orden del Gobierno de la nación. Pudo admirarse la entereza y serenidad del ilustre detenido en todo momento. Dos meses y medio han pasado desde el exilio de Alfonso XIII y el de Segura. Al final se le permite a su hermano Vidal acompañarlo hasta la frontera en coches distintos.

Segundo, de cinco capítulos
Puedes mirar mi página web http://personales.jet.es/mistica
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