30 DICIEMBRE DEL 2018. Lc. 2, 41-52
1.- En la fiesta de la Sagrada Familia nos recuerda el Evangelio la escena en que Jesús se perdió de sus padres y fue encontrado en el Templo enseñando a los doctores. Es un hecho de vida muy significativo el que contemplamos hoy. Apreciamos el disgusto de los padres buenos, María y José, cuando no encuentran al hijo amado. Apreciamos también cómo no se quedan quietos, sino que lo buscan. Y vemos cómo, llenos de gozo, lo encuentran rodeado de hombres sabios.
2.- Con esto sacamos una consecuencia para los padres: que nuestros hijos no son de nuestra propiedad: que ellos han de hacer su vida, como nosotros la hemos hecho y esto debe ser motivo de gozo. Pero que todo esto lleva consigo también un sufrimiento.
3.- También con relación a los hijos nos da Jesús una lección y un ejemplo: vuelve con sus padres, puesto que todavía es muy joven, y los respeta, ama y está con ellos. Al final sale, ya adulto, a cumplir su misión. Los hijos han de cumplir su misión, aunque en algunos aspectos les cueste también terminar con una etapa de su vida.
4.- Vamos a dar gracias a Dios porque nos ha mantenido bien unidos, y, aunque comience una nueva etapa, que nos mantenga bien unidos y en amor siempre. Ayúdanos, Señor.
José María Lorenzo Amelibia
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