Derogar la ley del celibato sacerdotal diocesano
Crítica Constructiva
| José María Lorenzo Amelibia
Derogar la ley del celibato sacerdotal diocesano
La doctrina oficial de la Iglesia Católica, en lo concerniente al celibato, habla de carisma, don de Dios. El Concilio de Trento admite que es preciso el don de castidad para poder vivir el celibato. (Sesión 24, canon 9) El Concilio Vaticano II considera el celibato como un don de la gracia, un don de Padre que se supone la ha dado a todos los presbíteros. (Pres. Ord. 10)
El canon 277 – 1 del nuevo Código de Derecho Canónico impone el celibato a todos los sacerdotes, precisando que es un don particular de Dios. El problema de conocer cómo este don de Dios donado a algunos (L. G. 42) es compatible con la obligación general para todos los sacerdotes, no está resuelto. El Concilio de Trento y el Vaticano II buscan la solución en la oración para obtener este don, si es que no se posee. Esta solución, sin embargo, está en pugna tanto con la Sagrada Escritura, como con la Tradición práctica.
La Iglesia primitiva y la práctica de las Iglesias orientales demuestran que la continencia perfecta no viene exigida por la naturaleza misma del sacerdocio. Esto es admitido por el Concilio Vaticano II (Pres. Ord. 16), El Concilio hace referencia a 1 Tim. 3,2; Tito 1,6; se puede añadir Mc. 1,30; y, sobre todo, 1 Cor. 9,5.
Las dispensas de la ley del celibato, concedidas por la Santa Sede desde hace cincuenta años – pasan mucho de cien mil – demuestran que, en la práctica contemporánea, existen innumerables sacerdotes que, a pesar de su oración, no han recibido el don de Dios para la castidad perfecta, sino el del matrimonio.
Teniendo en cuenta todos estos argumentos, pedimos a la Santa Sede saque la conclusión de que la vocación al sacerdocio no coincide siempre con la vocación al celibato. Reconocen y conceden - ¡y ya era hora! – que las Conferencias Episcopales pueden comenzar a personas casadas de presbíteros. Pero los sacerdotes casados siguen sin ser admitidos: continúa la incongruencia.
El problema de la coincidencia entre la vocación al celibato y al sacerdocio parecería resuelto, si se supone que la Iglesia latina no llama al ministerio más que a hombres dotados por Dios al carisma celibatario. (Carta de vuestra Santidad a los sacerdotes el Jueves Santo de 1979, n. 9). Pero esta solución conduce a dificultades todavía mayores: ¿Elige Dios a sus sacerdotes en Occidente según una normativa distinta que en Oriente? ¿Tienen el poder las autoridades de la Iglesia latina de escoger entre los elegidos por Dios, y no aceptar más que a aquellos que tienen un don específico? ¿No sería esto impedir la gracia y la vocación de Dios al sacerdocio? ¿El canon 1026 del nuevo Código no llama crimen contra Dios el entorpecimiento (nefas) el entorpecimiento, digo, de la vocación de aquel que es idóneo?
¿Aquellos que son llamados por Dios al matrimonio y al sacerdocio, que son idóneos según el Nuevo Testamento y los Cánones de la Iglesia Católica Oriental, no han de ser idóneos para la Iglesia Católica Occidental?
Más aún, entre los sacerdotes en ejercicio, las pruebas que hacen insoportable la ley del celibato obligatorio no cesan de aumentar cada día. Algunos libros cuentan historias tristes de sacerdotes y mujeres que tratan de escapar de “un yugo insoportable” (Hechos 15, 10), aquellos y aquellas que no tienen carisma.
El Arzobispo de Anchorga (Alaska) F. Hurley, en una carta pastoral citada por el “Suthern Cross” de África del Sur (24-08-86), dice que “Para muchos sacerdotes el celibato es más una cruz pesada que un don de Dios”. Y no hace falta que lo diga un arzobispo, la experiencia lo demuestra.
Por esto, Santo Padre, pedimos la abolición de la actual ley del celibato Así el Pueblo de Dios estará dispuesto a una adaptación de la ley sobre el sacerdocio, sea asumida por célibes o por personas casadas.
José María Lorenzo Amelibia Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/ Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari Lorenzo Amelibia Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2