Testimonio: En tiempos del Concilio

Así, con esta brevedad, anunciaba en mi diario: Día 11 octubre 62, jueves. “Hoy comienza la primera sesión el Concilio Vaticano II. Rezamos y esperamos que sea para actualizar la Iglesia. La idea de Juan XXIII se está cumpliendo. Más de dos mil obispos han acudido. Lo iré siguiendo por la Gaceta del Norte, periódico al que me suscribo. El reportero va a ser Martín Descalzo. Espero que algo salga para solucionar mi problema acuciante. Estos son hoy mis deseos más fervientes: que se derrame en nosotros el amor de Dios”.



Eran los años del Concilio y nuestro arzobispo no podía realizar la visita pastoral. Vino su vicario general, Don Juan Ollo, revestido de ornamentos "canongiles" a la visita canónica. En más de doce años de ministerio no me ha cabido la suerte de recibir a un prelado en mi casa. Ollo hizo sus veces. Se balanceaba "ceremoniosamente" en la iglesia nuestro Vicario durante el responso con ritmo de péndulo humano poco estético. ¡Qué calor el de aquella mañana de mayo! Las velas se doblaron reverentes hasta apoyar su cabeza sobre el mantel. Pasó rápido por el despacho el Gobernador Eclesiástico; firmó los libros todo campechano; fumó un cigarrillo y voló con su mensaje a otra parte.

¡El Concilio! Lo seguía yo con pasión día a día. "La Gaceta del Norte" diariamente editaba reportajes del aula conciliar. El tema que me interesaba, el celibato sacerdotal, se lo reservó el Pontífice Supremo. La misma decisión adoptó respecto al control de la natalidad. Paulo VI decididamente se cerraba; y me parece que sufrió por la decisión de su predecesor, el Papa Bueno, Juan XXIII que se abrió al matrimonio de los sacerdotes.

José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com
Mi blog: http://blogs.periodistadigital.com/secularizados.php
Puedes solicitar mi amistad en Facebook pidiendo mi nombre Josemari Lorenzo Amelibia
Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2
Volver arriba