1.- Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros y hemos visto su gloria; gloria como del Unigénito del Padre lleno de luz y de verdad. Contemplar unos minutos la Encarnación del Hijo de Dios.

2.- El Padre nos habló por su Hijo; el Verbo es la experiencia más acabada de la perfección del Padre que nos ha revelado los secretos de la divinidad.

3.- Enséñame en el día de la Encarnación la verdadera caridad que procede de Dios, que es paciente. Dame, Señor, la mansedumbre.

4.- Enséñame, Verbo Encarnado, la verdadera caridad que procede de Dios, que es benigna y bienhechora, que hace bien a todos y a todos trata con bondad.

5.- Enséñame, Verbo Encarnado, la verdadera caridad que procede de Dios, que es desinteresada y no busca su propio bien.

6.- Enséñame, Verbo Encarnado, la verdadera caridad que procede de Dios.

7.- Así como el Padre hace salir el sol sobre buenos y malos, sobre justos y pecadores, así yo he de ser bueno y servicial con todos, sea cual sea su ideología y condición moral.


José María Lorenzo Amelibia
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