Un amigo ferviente pasó a agnóstico

Ahora viene te informo de un amigo por el que te pedí oraciones hace algún tiempo, según creo. Él fue sacerdote de una generosidad y entrega total y ahora sigue muy lejos de Dios. Sí. Hemos de tener en cuenta de que ni el que siembra ni el que riega hacen algo, sino Dios es quien da el incremento. Y después de todo, decir con humildad evangélica: "Siervos inútiles somos." He estado en contacto continuo con Él.



Y aquí viene lo duro del caso: todas las cartas que yo le escribía - me dice - le han servido para afianzarse en su materialismo y su increencia; para confirmar su aversión a toda religión. Y sobre todo - dice- la religión que menos abrazaría sería la católica.

Le he contestado y he estado con él con toda la emoción de la amistad.
Leía en "El tratado del Amor de Dios" de San Francisco de Sales que cuando alguien se cierra no hay que perder el tiempo con él. Dejarlo, para asistir a otros que tengan mejor voluntad. Como hicieron los apóstoles con quienes rechazaban el Evangelio.

Pero esto me resulta muy duro. Prefiero optar por una vía media. No me cabe en la cabeza que quien dio todo a Dios pueda obcecarse de esta manera. ¡Cuánto tenemos que adherirnos a la humildad al ver estos casos! "El que está de pie, tenga en cuenta: no caiga". Nos dice Jesús. Causa llanto ver estas situaciones. Mientras tanto Cristo continúa con nosotros. Y nos vemos forzados a decirle con el poeta, con lágrimas en los ojos: "¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?"...
Sigue, sigue rezando, ofreciendo tus obras al Señor por éste y otros muchos casos de personas alejadas.

Ver http://personales.jet.es/mistica

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