Es atroz nuestro querer

En medio de una descripción de lo que ocurre en Argentina, y del insobornable honor que sentimos los argentinos de serlo, a pesar de la corrupción endémica de su clase política, de sus continuas crisis, el autor llega a la conclusión de que ser argentino es una empresa cada vez más difícil: Emociona serlo, pero se sufre por ello.
Un libro brillante, que me sugiere muchas cosas, sobre todo cuando en mi País ocurre algo “fuera de serie”, impensable, o en el que la realidad supera por lejos la ficción. En esos momentos recuerdo algunos párrafos y afirmaciones, y con humor supero el trago de lo increíble.
Algo de eso me pasó hoy: Leí en un titular que un pibe argentino de 24 años, creo que de Santa Fe, se casó con una señora de 82 años, y que dice que la ama entrañablemente. Resulta que el pibito es un desempleado y su “amada tiene mucha pasta”, y le ha hecho donación de sus bienes. Dice que está perdidamente enamorado…. Lo que abre no pocos interrogantes, pero que a mí me lleva a afirmar una vez más, que junto al “atroz encanto se ser argentino”, en este caso, “es atroz ese querer”.
Que sean felices, y que si la esposa le dura mucho, mantenga ese amor loco, porque sino, nos dará la razón a los que “no sé por qué” pensamos mal.
Como decía el ex árbitro de fútbol y comentarista argentino Guillermo Nimo: “por lo menos, así lo veo yo”, ¡y espero estar equivocada, pero a la viveza gaucha, ya la tenemos bien conocida!
www.dominicos.org/manresa