Gabriele Caccia: “El desarrollo debe estar al servicio del bienestar de todos” El Vaticano insta en la Cumbre de Sevilla a "cambiar" la lógica de lo que se entiende por desarrollo

El Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, Monseñor Gabriele Caccia, intervino en la Conferencia sobre Financiación del Desarrollo celebrada en Sevilla, donde subrayó la urgencia de promover un desarrollo centrado en los más necesitados y en la dignidad de toda persona
Durante su intervención instó a los líderes mundiales a replantearse sus prioridades, actuar con solidaridad y reformar los sistemas globales para que realmente beneficien a todas las personas.
(Vatican News).- Monseñor Gabriele Caccia, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, hizo un llamado a mirar más allá de los indicadores económicos y de los sistemas financieros cuando se hable de desarrollo, especialmente tras los recientes recortes en la ayuda internacional.
Durante su intervención en la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, efectuada en Sevilla, España, del 30 de junio al 3 de julio de 2025 instó a los líderes mundiales a replantearse sus prioridades, actuar con solidaridad y reformar los sistemas globales para que realmente beneficien a todas las personas.
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Monseñor Caccia afirmó que los proyectos de desarrollo solo dan fruto cuando están centrados en el ser humano y en valores morales profundos. Habló también en nombre de quienes más sufren por los recortes en la financiación, recordando que el desarrollo “no debe estar al servicio de la economía, sino tener como centro y motor la dignidad que Dios ha otorgado a cada ser humano”.
Durante décadas, puntualizó, el desarrollo global se ha medido en base a indicadores económicos, una lógica que es necesario cambiar. “El desarrollo debe servir al bienestar de todos —dijo—, especialmente de los pobres y los más necesitados, promoviendo la justicia, la solidaridad y la paz.” Para lograrlo, añadió, el mundo debe pasar de un enfoque basado en los mercados económicos a uno centrado en el desarrollo humano integral.
Un sistema que no funciona
Monseñor Caccia fue claro al afirmar que el sistema financiero actual no responde a las necesidades de los más vulnerables. Según explicó, esto es consecuencia de decisiones y prioridades que, con frecuencia, no persiguen el bien común y dejan atrás a quienes más ayuda necesitan.
También advirtió que los planes económicos vigentes se alejan de tradiciones fundamentales del pensamiento social católico, como el servicio a los pobres y marginados. Los modelos de desarrollo actuales —sostuvo— no están reduciendo la desigualdad, sino que la están agravando.
El Papa León XIV, recordó, ha pedido “hacer todo lo posible por superar las desigualdades globales que están creando profundas fracturas entre continentes”. Y alertó que tanto las decisiones políticas como las opciones de desarrollo siguen alimentando las divisiones entre clases económicas. Según Caccia, los sistemas financieros globales no son agentes neutrales.
Un llamado urgente al cambio
En su discurso, el representante de la Santa Sede pidió una reforma profunda de los sistemas financieros internacionales, calificándolos de obsoletos e incapaces de afrontar los problemas actuales del mundo.
Afirmó que el sistema actual no cuenta con los medios para impulsar el verdadero desarrollo humano, y que es hora de que los líderes mundiales tomen medidas.
Monseñor Caccia cerró su intervención con un mensaje claro y contundente:
“El momento de actuar es ahora, no como entes aislados, sino como una sola familia humana”.