La primera navidad en el espacio



En el 43 aniversario de la misión Apollo 8, 21-25 de diciembre de 1968

Guillermo Gazanini Espinoza / 22 de diciembre.-“En el principio creó Dios el cielo y la Tierra. La Tierra era caos y confusión por encima del abismo y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas…” Las palabras del Libro del Génesis recorrieron el canal espacial entre la Luna y la Tierra, el 24 de diciembre de 1968, en la misión del Apollo 8, la primera que hizo posible la presencia humana en un cuerpo celeste y ver la cara oculta de la luna. Despegó el 21 de diciembre y la tripulación estuvo conformada por los astronautas Frank Borman, James Lovell y William Anders. El 24 de diciembre, el vehículo espacial se situó en órbita lunar completando un total de 10 vueltas, lo que demostró el potencial de un artefacto hecho por la mano humana para navegar en la cara oculta del satélite y recuperar la comunicación con la Tierra.

El Apollo 8 regresó hacia el 25 de diciembre en un vuelo que duró dos días y algunas horas. La primera navidad en el espacio fue celebrada por los astronautas de la misión lunar con la lectura del Génesis, sin duda impactados por el panorama: la Tierra con el fondo negro del universo que reveló la fragilidad y belleza del planeta. En el día 4 de órbita lunar, Anders, Lovell y Borman narraron los primeros versículos de la creación del universo según el Libro del Génesis. Borman cerró el mensaje de Navidad con las palabras siguientes: And God said, "Let the waters under the Heavens be gathered together into one place. And let the dry land appear." And it was so. And God called the dry land Earth. And the gathering together of the waters called he seas. And God saw that it was good. And from the crew of Apollo 8, we close with good night, good luck, a Merry Christmas and God bless all of you - all of you on the good Earth. (Y Dios dijo: “Acumúlense las aguas por debajo de los cielos en un solo lugar. Y que aparezca la tierra seca. Y así fue. Y llamó a lo seco tierra. Y a las aguas reunidas las llamó mares. Y Dios vio que era bueno… Y la tripulación del Apollo 8 cierra deseando buenas noches, buena suerte, feliz Navidad y que Dios los bendiga a todos. A todos ustedes en la buena Tierra).

El pontífice reinante, Paulo VI, respondió de forma admirable ante estos acontecimientos que abrieron nuevas fronteras al espíritu del ser humano. En el ángelus del 29 de diciembre, reflexionó con los fieles sobre este viaje a la luna y el progreso de la conciencia humana para recordarnos la grandeza del universo, respecto a la finitud y pequeñez de nuestra existencia. Habló con admiración de la plegaria de Frank Borman, concluyendo su reflexión con las palabras de Blas Pascal: “Por el espacio, el universo me comprende como un punto ignoto; por el pensamiento, yo comprendo al universo”. El relato de la creación proclamada por los astronautas del Apollo 8 fue una ocasión magnífica para ver desde el universo, la fragilidad del mundo. La lectura del Génesis en el espacio reveló ese orden cósmico cuya consumación se dio con el nacimiento del Hijo de Dios por quien todas las cosas fueron creadas.

Y en la noche eterna del espacio, los astronautas del Apollo 8 vieron la luz de la Navidad que recordó el gran designio de Dios hacia el género humano por habernos dado a su Hijo, nacido en la fragilidad de la carne, Príncipe de Paz, la paz que tres seres humanos experimentaron hace cuarenta y tres años al ver a la buena Tierra, frágil y delicada, envuelta en el terciopelo negro que guarda el misterio del amor infinito del Dios Todopoderoso.

A todos deseamos una ¡Feliz Navidad!
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