EVANGELIO: EL MUNDO AL REVÉS
Vamos hoy otra vez con los pastores. Sabemos que fueron los primeros que acudieron a Jesús. Ellos fueron los preferidos, los más importantes. Pero, cuando hablamos de este asunto, es determinante saber lo que los " pastores" representaban en aquel tiempo y en aquella cultura. No digamos nunca que fueron los primeros porque eran los pobres. Ni digamos tampoco que acudieron enseguida a Jesús porque eran los más "bondadosos", los más "sencillos" o cosas así. Nada de eso es verdad. Se sabe muy bien lo que eran los pastores en la sociedad judía de aquel tiempo. Los judíos pensaban que había una serie de oficios que, a quienes los ejercían, pos eso mismo y por eso sólo, los hacían personas "despreciables". En Israel había listas de "oficios despreciados". Pues bien, en la primera de esas listas, estaban los pastores , junto con los arrieros de asnos, los camelleros, los marineros y los cocheros. Los oficios que entraban en esta lista eran especialmente despreciados y odiosos porque se pensaba que eran "oficios de ladrones", es decir, oficios que llevaban por sí mismos a la maldad. De ahí que eran oficios que "rebajaban socialmente, de forma inexorable, a quienes los ejercían" (Joachim Jeremias).
De los pastores se tenían tan baja estima, y eran individuos de tan mala reputación, porque la experiencia demostraba que eran tramposos y ladrones; conducían sus rebaños a propiedades ajenas y, además, robaban leche, lana, las crías del ganado, etc . Por tanto, lo más claro que sabemos, por el relato de los pastores, es que a los primeros a los que llamó Jesús fue a la gente de mala fama, no precisamente a los selectos y edificantes. Así empezó a fraguarse la escandalosa imagen de un profeta de Dios que anduvo con malas compañías.
A nadie se le va a ocurrir pensar, ni siquiera sospechar, que Jesús quería elogiar a los canallas y sinvergüenzas. Todo el secreto de esta conducta está en comprender que lo primero, para el Evangelio, no es la "ejemplaridad" , sino la "humanidad". Jesús se junto con pecadores, samaritanos, impuros y prostitutas, los llevó a sentarlos en su mesa o él compartió mesa y mantel con esas gentes, no porque la moral le importase un bledo, sino porque esos grupos socielae son los más despreciados, y con frecuencia los más deshumanizados también.
Así las cosas, lo que el Evangelio deja patente es que este mundo no se arregla despreciando a los que pensamos que son los "malos" y alejándose de ellos. Este mundo se arregla mediante la cercanía, la bondad sin límites, la humanidad sin fisuras. Es lo que más necesitamos en este momento.
Teología sin censura
De los pastores se tenían tan baja estima, y eran individuos de tan mala reputación, porque la experiencia demostraba que eran tramposos y ladrones; conducían sus rebaños a propiedades ajenas y, además, robaban leche, lana, las crías del ganado, etc . Por tanto, lo más claro que sabemos, por el relato de los pastores, es que a los primeros a los que llamó Jesús fue a la gente de mala fama, no precisamente a los selectos y edificantes. Así empezó a fraguarse la escandalosa imagen de un profeta de Dios que anduvo con malas compañías.
A nadie se le va a ocurrir pensar, ni siquiera sospechar, que Jesús quería elogiar a los canallas y sinvergüenzas. Todo el secreto de esta conducta está en comprender que lo primero, para el Evangelio, no es la "ejemplaridad" , sino la "humanidad". Jesús se junto con pecadores, samaritanos, impuros y prostitutas, los llevó a sentarlos en su mesa o él compartió mesa y mantel con esas gentes, no porque la moral le importase un bledo, sino porque esos grupos socielae son los más despreciados, y con frecuencia los más deshumanizados también.
Así las cosas, lo que el Evangelio deja patente es que este mundo no se arregla despreciando a los que pensamos que son los "malos" y alejándose de ellos. Este mundo se arregla mediante la cercanía, la bondad sin límites, la humanidad sin fisuras. Es lo que más necesitamos en este momento.
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