Premio “Príncipe de Asturias” y exgobernador de Puerto Rico Elegía a Rafael Hernández Colón

He tenido la suerte de visitar en muchas ocasiones Puerto Rico, la isla del Encanto y del Coquí. Una isla, además de muy española, llena de encanto y de belleza natural. Allí tengo grandes amigos que lo serán para siempre. Una de mis amigas puertoriqueñas, María Teresa, me ha escrito hoy, apenada, comunicándome la muerte de Rafael Hernández Colón, sin duda, un personaje  de altura como buen político, como intelectual y como hombre de fe. Características que no son fáciles de conjugar en los tiempos presentes pero que él ha llevado con mucha elegancia a lo largo de su vida. Natural de la ciudad colonial y llena de encanto del sur de Puerto Rico, Ponce, que recuerda al gran conquistador español de las tierras de Valladolid, Juan Ponce de León, primer gobernador de Puerto Rico y descubridor de La Florida  en su deseo de encontrar “la fuente de la eterna juventud”. He pasado muchos momentos recorriendo a pie esta ciudad colonial, llena de belleza, con  uno de los parques de bomberos más antiguos del tiempo colonial.

Hernández Colón se destacó ya a los 30 años como secretario de Justicia y no había alcanzado los 40 cuando era ya presidente del senado y gobernador. Siempre fue defensor del estatus de Estado Libre Asociado para la isla, continuador de Luis Muñoz Marín, todo un ilustre personaje en Puerto Rico.

Me pedía, María Teresa, oraciones para este hombre tan querido en la isla que ha muerto  a sus 88 años, por causa de una Leucemia. Una enfermedad que él mismo había comunicado a sus compatriotas el pasado 6 de diciembre.

La revista “Times” lo había destacado en 1974 como uno de los líderes más destacados del mundo. Llegó a obtener 10 doctorados Honoris causa, en Puerto Rico, España y Estados Unidos. Era un hombre de fe robusta y principios cristianos muy arraigados. Su familia ha destacado de él :

"Su alto sentido del deber, anclado en el amor a Dios y en la rigurosidad con el estudio del Derecho, le brindaban las herramientas para poner en marcha su entrega por Puerto Rico. Nos dejó un legado de generosidad y rectitud, que vivirá para siempre en nuestros corazones".

Ha sido el gobernador que más años se ha mantenido en el poder en la historia de la Isla del Encanto. Siempre al lado de la esposa de sus hijos, Lila Mayoral hasta la muerte de ella por cáncer en el año 2003.

Fue en el año 1991 cuando los reyes de España le concedieron el premio “Príncipe de Asturias” por su defensa del español frente a los intentos constantes de EEUU de ir imponiendo el inglés en la isla. Él declaró el español como única lengua oficial en Puerto Rico. Porque según dijo él, “El español era la lengua en que aquellos humildes jíbaros habían  aprendido a rezar, ese pueblo que atesora, en los recovecos de su espíritu y en el temblor de su alma, las voces castellanas que le dan sentido a su vida”

Un premio que él ha llevado siempre con  mucho orgullo.

Una ley que derogaría después Pedro Rosselló al llegar a ser gobernador en 1993.

Hernández  Colón, después de retirarse, vivió un tiempo en España y después regresó a su Ponce amado. Él mismo dejó escrito su deseo de que se celebrara la Eucaristía en la catedral de san Juan, en el viejo san Juan. Para mí, una de las ciudades más bellas y más españolas que he visitado, muy cerca del famoso “Morro de san Juan”, una bella fortaleza azotada por las aguas del mar, que luce en su puerta de entrada el escudo, esculpido en piedra, de los reyes católicos. Y se celebrará otra misa en su querido Ponce.

No es fácil encontrarse con hombres tan completos, con políticos tan honestos, con hombres de fe tan inquebrantable. Por eso desde este blog quiero expresar mi admiración, mi cariño y mi oración por Rafael Hernández Colón, a quien hoy Puerto Rico llora y a quien me uno por tantos lazos afectivos y recuerdos imborrables como llevo de esta isla y de sus gentes en la memoria del corazón. Descanse en paz.

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