Saludos en el arranque

Vinieron a buscarme y dije que sí. Durante años me había resistido. No conviene sortear lo signos. La invitación coincidió con el comienzo de mi retiro a pie de la sierra de Urbasa. Tras muchos años de febril activismo, hecho el freno. Me detengo, vuelco por dentro y comparto. Cometí muchos errores y no tardaron los tsunamis. Pagué el precio y sobreviví. Marché a la montaña.

Ahora reporto, tras el naufragio. Reporto que hay esperanza, que hay horizonte, cuya belleza no podemos siquiera soñar. Reporto la belleza que cada día me asalta, que cada día me sobrecoge. Dejé la gran ciudad y hora vivo al borde de un bosque, desde el que escribo.

El compromiso con la obra colectiva me disuadió de abrir durante años mi propia página. Pero viene un tiempo más detenido, más íntimo y deseo compartir buena parte de esa intimidad, intimidad con al Fuente de toda vida y todo Amor, intimidad con vosotros hermanos en el Camino que nos afanamos en una una Tierra, en un nuevo Cielo.

El mundo va rápido y ocurren sobre todo por dentro muchas cosas en un día. Aquí arrancan confesiones. Ojalá te sean útiles, ojalá te ayuden a mirar al Cielo y agradecer tanta dicha, tanto gozo. Abro blog en la confianza de sembrar y servir, si no hay siembra recogeré aperos y me adentraré aún más en el bosque.

Se van abriendo espacios a la buena nueva que pretendemos encarnar. Sólo el Cielo mueva nuestros dedos ante la pantalla... Sólo la Gloria de Dios y la siembra de esperanza en el blanco fulgor de cada nueva entrega.

Dejamos huella, dejamos rastro. Aquí sólo habrá belleza , aquí sólo habrá esperanza.
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