#Sentipensares 2025 UN BRINDIS DE FE

UN BRINDIS DE FE
UN BRINDIS DE FE

«Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas». Is 42, 6-7

Sabes Jesús, cuando leo de nuevo estas palabras con las cuáles el profeta te anunciaba y describía tu ministerio, me conmueve la responsabilidad tan grande con la que te donaste.

Sé que por el bautismo me has introducido a mí como MUJER, en tu plan de vida. Ahora que han pasado muchas cosas en mi existencia donde Tú eres una constante que se manifiesta, lo agradezco y celebro. No obstante, veo la responsabilidad tan grande y más confianza que tienes en mí. Sé que la Ruah divina habita en mi ser y también sé de la gran cantidad de dones otorgados a mi persona en mi bautismo. Muchos de ellos todavía por descubrir y otros más esforzándome por hacerlos crecer a través del servicio solidario.

Te pregunto, ¿qué sentiste cuando leíste a Isaías pensando así de Ti? ¿Estabas abrumado, te cuestionaste, hubo veces en que no supiste qué hacer y otras en que solo dijiste como María, tu mamá: Hágase en mi según Tu voluntad? Porque te digo, así me siento muchas veces así con respecto a tu mandato.

Para quienes creemos en Ti, ha transcurrido mucho, pero mucho tiempo desde que viniste a guiarnos hacia la Madre/Padre celestial, pero el mensaje de Isaías que todavía es más antiguo, es tan actual que cuestiona mi laxitud y i sororidad.

Me encanta cuando te imagino recibiendo el bautismo y la Madre/padre celestial abrazándote con amor infinito, al tiempo que el Espíritu divino cubriéndote. Pero después, cuando te fuiste enfrentando a tantos tropiezos y difamaciones a tu persona, me imagino lo triste que te habrás sentido, así como también deepcionado y tal vez te habrás cuestionado si valdría el esfuerzo.

Creo que también fuiste creciendo en la fe, y más cuando te encontraste con los marginados de tu entorno, ¿qué tal esa mujer que solo podía sacar agua al mediodía, porque estaba señalada socialmente? Y ¿qué pensar de aquella otra que arriesgándose a ser lapidada, osó tocar tu manto porque eras su única esperanza?, o aquella más, que gritó y gritó clamando por su hija, y que tal vez te abrió los ojos para que te dieras cuenta que aún los que no eran de tu pueblo, necesitábamos de la esperanza en el Amor? Y ¿qué decir de la de Magdala y de las de Betania que creyeron en Ti y siguieron a pesar de ser señaladas?

Eres luz y al mismo tiempo te iluminabas con las enseñanzas de esas MUJERES y de uchas más con las que conviviste.

Pero hablemos de Tú a tú, ¿qué te puedo contar de mi, si me conoces? Sabemos que lo bueno que poseo es lo que me has dado. Pero aún así me haces sentir y saber que me amas cuando lo expreso y lo comparto. Y más todavía cuando mis acciones me alejan de Ti y con paciencia, me llamas para retomar el CAMINO y reconocerte junto a mí

Y sucedió que cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y mientras obraba, se abrieron los cielos y bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo: <<Tú eres i Hijo, el amado; en ti me complazco>>. Lc 3, 21-22

Así que no te mediste, cuando a partir de Tu bautismo, compartes solidariamente con todas, con todos, el Amor filial y a fuerza del Espíritu. Tú que haciéndote humilde hasta lo más, das a conocer ese amor materno/paterno celestial con alegría inmensa.

Sabes Jesús, por ese en este recordatorio de Tu bautimso, con alegría quiero que brindemos por tu SER verdadero Dios y verdadero HOMBRE y por preparar a todas las aguas para que cuando seamos bautizadas, bautizados, nos alegremos por formar parte de la familia.

Así que una vez más te digo: ¡Brindo por Ti Jesús que en el Jordán pensaste en mí y por confiar en que podría desde mis múltiples limitaciones y posibilidades, seguir tu ejemplo, fortalecida por el AMOR divinos!  

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