Breves notas sobre un documental en Disney que pone a dialogar a la Iglesia con las fronteras existenciales de la humanidad Amén: Francisco Responde... a la generación Z

Amén: Francisco Responde
Amén: Francisco Responde Portada del Documental

Por primera vez la generación Z tiene un micrófono abierto en TV para conversar en “sus aguas” con un Papa.

La ortodoxia eclesial se rajará las vestiduras diciendo que en sus argumentos hubo alegatos que se extrapolaban de la Doctrina Social de la Iglesia

La crítica no podrá negar que el Papa, al conocer sobre el dolor de las otras personas en ese diálogo, se dejó habitar por él y decidió acompañarlo con sus respuestas

Por primera vez la generación Z ese grupo de personas nacidas a finales de la década de 1990 e inicio de los 2000 (1995-2000), y que tienen la peculiaridad de estar familiarizadas con el uso de la tecnología digital, internet y los medios sociales desde una edad muy temprana, tiene un micrófono abierto en TV para conversar en “sus aguas” con un Papa. Marius Sánchez y Jordi Evole, directores del audiovisual, nos han regalado a los espectadores del mundo entero un singular regalo de Pascua. Pues, al final, en su devenir etimológico, la palabra nos refiere al pasar por y la Iglesia necesita pasar por este tipo de conversación para visibilizar que su mensaje sigue siendo atractivo aún en pleno siglo XXI.

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amen-francisco-responde- Tomada de Internet

El documental comienza presentando la diversidad de los jóvenes que conversarán con Francisco. En el prólogo de la filmación, los muchachos comienzan a conversar entre ellos, y se deja ver en esos planos la diversidad de tonos que tendrá la interesante charla. No tienen desperdicio los momentos en que se aprecia la naturalidad de la vida cotidiana del Papa. Una de las jóvenes comenta que “es increíble el poder hablar con el  Big Boss del mundo”. Ellos comienzan a mostrar la imagen que traen en su mente sobre el Sumo Pontífice. El nervio los invade durante la espera donde se muestran sus singularidades y la fiesta que para cada uno representa hablar con un hombre de ese estilo.  El encuentro entre el Papa y los jóvenes muestra un hombre que es capaz de abajarse hasta un lenguaje actual. 

Los protagonistas de esta historia son una catequista feminista, una exmonja lesbiana peruana que ha sufrido abusos de poder y que se declara atea, una inmigrante india, un africano musulmán cuya familia llegó desde Senegal a España en patera, una joven no binaria, un italiano ateo, una víctima de abusos sexuales, una chica evangélica que sufrió bullying y anorexia de pequeña, una madre soltera colombiana que trabaja haciendo porno en internet y una chica del Camino Neocatecumenal. Todos derrochan carisma y se mueven a sus anchas delante de la cámara y todos, excepto la última chica, tienen una postura muy crítica hacia la Iglesia católica, motivada, en gran parte, por sus dramáticas vivencias. El Papa les escucha –mucho– y, más que responder a sus dudas, que se van sucediendo con rapidez y beligerancia, insiste en la idea de acogida: todos tienen un lugar en la Iglesia y en el corazón de Jesucristo.

Desde la primera pregunta se vislumbra un viaje visual de gran velocidad, pues para romper el hielo le dicen si tiene nómina y él (Bergoglio) trata con la mayor transparencia de explicar cómo vive. Es increíble conocer que el Papa no tiene móvil ni redes sociales, pero que siempre desea estar ampliamente comunicado y les aclara que “es humano”, extraña a su familia. 

Una joven le habla sobre el abandono de las personas diversas en la Iglesia y el Papa le contesta que la Iglesia necesita del testimonio de la acogida para no oxidarse, “sin salir a las periferias la Iglesia se aleja de la realidad”, refiere. Les ilustra con el testimonio de una monja que mataron en Haití y que eso le habla más a la gente que un cura apologético haciendo gala cada domingo de una especie de "estado" eclesial. El papa termina diciendo que siempre es posible cambiar la estructura si es justo lo que se quiere. 

 El migrante de Senegal le habla de la experiencia de su hermano en una patera y que el verdadero viaje empezó cuando llegó al “sueño” europeo. Bergoglio le dice que el migrante debe ser integrado, acompañado y sin eso, sufren crímenes contra ellos, que los tratan como personas de segunda y hay países en Europa que tienen una conciencia explotadora con una política de no integración inyectada por el fenómeno de la esclavitud. 

Francisco refiere que es tangible la existencia de migrantes de primera y segunda clase, ejemplifica con que los de Ucrania son bien recibidos, mientras los de países de África son rechazados. Sobre el tema de la colonización les aclara que la coherencia es lo que más le cuesta a la Iglesia y que siempre debe ser renovada. “En su momento no se criticó como institución la esclavitud –dijo –   pues era parte de la cultura de la época”. Hoy se puede hablar de la esclavitud del mercado, de personas que deben pasar 11 horas en su trabajo por un dinero que no les alcanza y sobre ese fenómeno invita actuar.  

Es encomiable ese diálogo donde Francisco dice que la soledad es como el invierno de la vida, y que todos nos hemos sentido solos alguna vez. Salen a relucir temas polémicos como el aborto desde la perspectiva de una joven católica feminista. El papa le habla de la comprensión a la mujer que aborta. La forma en que el obispo de Roma enfrenta durante todo el documental estos temas tan polémicos, es de verdad un discurso cristiano a tener en cuenta para cualquier reflexión. El debate entre los jóvenes sobre estos temas y el rol de la mujer en la Iglesia es aleccionador y debiera ser visto en parroquias para su posterior discusión. 

 El tema de la pederastía es tocado por uno de los jóvenes que fue abusado en un colegio religioso. El ver “derrumbarse” a este muchacho al contar su historia nos habla de la estructura moral que aqueja a las personas que sufren este tipo de acto. El joven dice que la persona que la violó solo recibió una condena de dos años y no fue encerrado y además sigue dando clases. Francisco le agradece al joven la valentía por haberlo acusado y le dice que en su mandato la tolerancia es cero con esos asuntos. También, aclara que siente mucha tristeza ante el dolor de una persona abusada. El papa le habla sobre cómo la Iglesia está cortando la cultura del abuso. Les habla de que se está creando una conciencia dentro de la Iglesia para acompañar estos problemas de abusos y que se van dando pasos tangibles para que eso también llegue a la sociedad.

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amen-francisco Tomada del documental

 Otro tema interesante es la pregunta que le hace  una joven cristiana que se considera no binaria  – no se identifica con ningún sexo –   sobre si había un espacio en la Iglesia para esas personas y el Papa le dice que toda persona es hija de Dios y que la Iglesia no puede cerrarle las puertas a nadie. Al preguntarle la joven sobre esos curas que atacan a los homosexuales, Francisco le responde de que “son unos infiltrados, corruptos que utilizan su posición jerárquica para acentuar su ideología particular sobre las personas”. Reafirma su respuesta acentuando que “la Iglesia tiene una universalidad que no puede perder”.

Con respecto al tema del feminismo el Papa dice que prefiere los sustantivos y la Iglesia es mujer, pues si no, dijera "el Iglesia" y que el hombre es ministerial mientras que la mujer es maternal. El que la mujer llegue a ser sacerdote para el Papa limita a la propia mujer. 

Al preguntarle sobre algunos de los problemas actuales vinculados a temas como la comunicación y las nuevas tecnologías Bergoglio le dice que admira en los jóvenes la carencia de fronteras y que viven en ese complejo de Cristóbal Colón de ir a descubrir. También a una que vende pornografía por los medios le explica la moralidad de sus usos y que su importancia es de la dependencia de para qué son usados. 

Es aleccionador el debate que se abre entre los propios jóvenes sobre la pornografía y cómo se ven imágenes de sexo a través de pantallas que cosifican a los sujetos que la consumen. Se debate sobre la masturbación con naturalidad delante del Papa. Bergoglio les dice que el sexo es una de las cosas bellas que Dios le dio a los seres humanos. “La expresión del amor es el punto central de la actividad sexual” y les explica que la catequesis sobre el sexo aún está en pañales dentro de la Iglesia. 

La explicación que dio la joven católica sobre su experiencia de fe al Papa le llamó la atención y se la agradeció. “La Fe  – dijo el Papa–  cuando es auténtica es probada”. Francisco le muestra que la figura linda de la esperanza es el ancla y dijo que se dejará zarandear por Dios. 

Es llamativo el testimonio de una joven que fue monja y que ahora no creía en nada pues había  –  según ella refirió –   mucho abuso sicológico dentro de la Iglesia. Cuando vivió con la congregación se le prohibió comunicarse fuera de la casa de las religiosas donde vivía, la monitoreaban como si fuera una criminal. Ella le explicó que una vez que salió de la Iglesia el amor lo encontró de una forma más armónica. Le pregunta a Bergoglio qué es el amor para la Iglesia. El Papa le dice que “el verdadero amor de la Iglesia está en la periferia”. También le explica que hay mucho abuso de poder y él ha tenido que poner distancia de eso. Refiere que en ella y su vivencia hay reflejadas personas que han sufrido estos abusos eclesiásticos. El Papa lo único que le pidió es que no se dejaran enredar por ideologías. 

Por supuesto que hubo respuestas de Francisco que son polémicas como el referirse como sicario a una persona que practicaba al aborto y asuntos relacionados con el tema de la mujer. También la ortodoxia eclesial se rajará las vestiduras diciendo que en sus argumentos hubo alegatos que se extrapolaban de la Doctrina Social de la Iglesia y desde ya ha pedido a sus partidarios cancelar su suscripción en Disney Plus. Pero la crítica no podrá negar que el Papa, al conocer sobre el dolor de las otras personas en ese diálogo, se dejó habitar por él y decidió acompañarlo con las respuestas humanas de un hombre de fe . Su testimonio, al ir por voluntad propia a ese tipo de frontera existencial es, sin dudas, la mejor respuesta que los católicos debemos aprender a dar a los problemas que aquejan nuestra cotidianidad.

  Al finalizar el Papa les agradeció a los jóvenes por jugarse todo en esta conversación donde no hubo cerrazón. Les enfatizó que esa conversación le hizo mucho bien y que ese tipo de diálogo es el camino de la Iglesia y expresó que esa fraternidad la Iglesia no la podía negociar nunca. Para finalizar dijo: “la vida es buena y linda, solo hay que esperar que de frutos”.

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