"La mirada de Jesús va más allá de los pecados, ve a la persona con los ojos de Dios" Francisco: "La ternura de Dios ofrece confianza, abre nuevos espacios de vida y comprensión"
(Jesús Bastante).- Una impresionante riada de fieles llenaba, una vez más, la plaza de San Pedro para escuchar el Angelus del Papa Francisco. "Hoy hace un gran sol", bromeó el Papa, quien tuvo un especial recuerdo hacia los heridos en el último terremoto en el centro de Italia, y para los cuatro benedictinos beatificados ayer en Madrid.
Durante el Angelus, Francisco recordó el pasaje del Evangelio en el que Zaqueo se sube a un sicomoro para poder ver a Jesús. "Zaqueo era un pecador, un traidor a su patria, que cobraba impuestos para los romanos", recordó Bergoglio. Sin embargo, al pasar junto a él, "Jesús alzó la mirada y le dijo. Zaqueo, baja, que tengo que alojarme en tu casa".
Y es que "la mirada de Jesús va más allá de los pecados y los prejuicios; ve a la persona con los ojos de Dios, que no se detiene en el mal pasado, sino entre ve el bien futuro; no se resigna a las cerrazones, sino abre nuevos espacios de vida; no se detiene en las apariencias, sino mira el corazón", señaló Bergoglio.
No importaba que Zaqueo fuera "el jefe de los publicanos". "Él era un explotador de su pueblo, mas también quería ver a Jesús. Pero su condición de público pecador no le permitía acercarse al Maestro".
"A veces buscamos corregir y convertir a un pecador llamándole la atención, sacándole en cara sus errores y su comportamiento injusto", señaló el Papa. De hecho, si Jesús hubiera dicho "Lázaro, eres un traidor, baja que tengo que hablar contigo", el pueblo "le hubiera aplaudido". "Sin embargo, "todos murmuraban porque había entrado en casa de un pecador".
"Jesús, llevado por la misericordia, se acercaba a él, y cuando entra en casa de Zaqueo le dice que en esa casa, hoy, ha venido la salvación", recordó el Papa. Porque "la actitud de Jesús con Zaqueo nos indica otro camino, aquel de mostrar a quien se equivoca su valor, aquel valor que Dios continúa a ver no obstante todo. Esto puede provocar una sorpresa positiva, que enternece el corazón e impulsa a la persona a sacar fuera lo bueno que tiene en sí".
"Jesús no nos bloquea en el pecado, sino que lo supera con el amor, y nos hace sentir la nostalgia del bien. Todos hemos sentido esa nostalgia del bien", incidió el Papa. "Así hace Nuestro Padre Dios, así hace Jesús. No existe una persona que no tenga algo bueno. Esto lo sabe Dios, y tira de él para sacarlo del mal". ¿Por qué? concluyó. "Porque nuestro Dios es el Dios de las sorpresas".

Palabras del Papa después del Ángelus:
Queridos hermanos y hermanas:
Ayer, en Madrid, fueron beatificados José Antón Gómez, Antolín Pablos Villanueva, Juan Rafael Mariano Alcocer Martínez y Luis Vidaurrázaga Gonzáles, mártires, asesinados en España en el siglo pasado, durante la persecución contra la Iglesia. Eran sacerdotes benedictinos. Alabamos al Señor y confiamos a su intercesión a nuestros hermanos y hermanas que, por desgracia, aún hoy, en diversas partes del mundo, son perseguidos por su fe en Cristo.
Expreso mi cercanía a las poblaciones de Italia Central afectadas por el terremoto. También esta mañana hubo un fuerte movimiento. Rezo por los heridos y por las familias que han sufrido daños mayores, así como por el personal comprometido en el rescate y la asistencia. Que el Señor resucitado les dé la fuerza y la Virgen los custodie.
Saludo con afecto a todos los peregrinos de Italia y de varios países, en particular a aquellos que provienen de Liubliana (Eslovenia) y Sligo (Irlanda). Saludo a los participantes en la peregrinación mundial de peluqueros y esteticistas, a la Federación Nacional de Corteos y Juegos históricos, a los grupos de jóvenes de Petosino, Pogliano Milanese, Carugate y Padua. Saludo también a los peregrinos de Unitalsi de Cerdeña.
Durante los próximos dos días realizaré un Viaje apostólico a Suecia, con motivo de la conmemoración de la Reforma, que verá a católicos y luteranos congregados juntos en el recuerdo y la oración. Les pido a todos ustedes que recen para que este viaje sea una nueva etapa en el camino de fraternidad hacia la comunión plena.
Les deseo un buen domingo - ¡hay un lindo sol!- y una buena fiesta de Todos los Santos. Por favor, no se olviden de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto.