"La gente asiste impotente a la devastación que se extiende como una mancha de aceite" El ruego (casi grito) del cardenal Gugerotti: "Necesitamos que la Humanidad escuche al Papa"

Gugerotti, presidente de la Roaco
Gugerotti, presidente de la Roaco @Vatican Media

"Uno tiene la percepción de que la gente está perdiendo lo que en términos de pensamiento había construido a lo largo de los siglos: la libertad, el derecho de la persona, el derecho internacional y el derecho humanitario. Todo parece desvanecerse y el Papa lo dice claramente", señala el cardenal

"La gente asiste impotente a la devastación que se extiende como una mancha de aceite. El Oriente cristiano es tierra de mártires: hay peligro de extinción"

"Esta humanidad observa impasible su propia autodestrucción. Surgen algunas voces, pero la política sigue su camino. Hay que decir, sin embargo, que ya no es una política del pueblo, sino que se ha convertido en una política de élite: personas que se arrogan el derecho a un protagonismo más allá de las reglas"

(Vatican News).- Es la famosa obra del pintor español Francisco de Goya titulada «El sueño de la razón produce monstruos» la que mejor resume la preocupación que se desprende del discurso que León XIV pronunció el pasado 26 de junio en la sesión plenaria de la Reunión de las Obras para la Ayuda de las Iglesias Orientales.

De ello está convencido el cardenal Claudio Gugerotti, Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales y Presidente de la Roaco, quien, en una entrevista concedida a los medios de comunicación vaticanos, subrayó que las palabras del Papa son palabras programáticas de gran intensidad, que ponen de manifiesto una profunda indignación por todo lo que está sucediendo en el mundo.

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"Uno tiene la percepción de que la gente está perdiendo lo que en términos de pensamiento había construido a lo largo de los siglos: la libertad, el derecho de la persona, el derecho internacional y el derecho humanitario. Todo parece desvanecerse y el Papa lo dice claramente", señala al respecto el cardenal.

Fragmento del cuadro 'El sueño de la razón produce monstruos', de Goya
Fragmento del cuadro 'El sueño de la razón produce monstruos', de Goya

He aquí el sueño de la razón. Que da nacimiento a monstruos inquietantes, añade el prefecto: "Esta humanidad observa impasible su propia autodestrucción. Surgen algunas voces, pero la política sigue su camino. Hay que decir, sin embargo, que ya no es una política del pueblo, sino que se ha convertido en una política de élite: personas que se arrogan el derecho a un protagonismo más allá de las reglas".

El discurso del Papa, explica Gugerotti, ofrece la posibilidad de comprender cómo en la actualidad no bastan los argumentos mezquinos y miopes cuando la humanidad ya no es capaz de utilizar la razón profunda: "La gente asiste impotente a la devastación que se extiende como una mancha de aceite. Y cuando se reprocha a los poderosos del momento que violen el derecho internacional y humanitario, no responden como diciendo: esto no me interesa. Entonces, ¿cómo se puede pensar en dialogar?".

Tierra de mártires

Una situación de incomunicación en la que se encuentra también el Oriente cristiano, que por su propia naturaleza es tierra de mártires. «Y siempre ha sido así», confirma el cardenal. Es una tierra de mártires que sigue siendo presa del martirio. Este sistema de violencia obliga a los cristianos a huir, los elimina de hecho de su tierra: y ellos son uno de los fundamentos culturales, sociales y políticos de esas mismas tierras'.

Hay otras preguntas que atormentan el corazón del prefecto: ¿cuánto tiempo más debe durar este martirio? ¿Cuánto tiempo más hay que asistir impotente a la matanza de personas que rezan? ¿La violencia sin límites es sólo el resultado del fundamentalismo religioso o esconde un propósito político? "Nos habíamos hecho ilusiones -dice- de que con el fin de la persecución soviética, los cristianos podrían obtener un espacio pacífico para vivir. Pero no es así. La percepción que tienen esos cristianos es la de ser no queridos, tolerados, en su propia tierra'.

Peligro de extinción

El peligro que Gugerotti ve en el horizonte es el de la extinción de los cristianos. Y la presencia de las Iglesias orientales es muy antigua, la más cercana a los orígenes del cristianismo. "El riesgo es el de perder un tesoro constituido por los padres de la Iglesia, los himnos, las oraciones, las tradiciones. Y no se pueden sustituir: quedará un vacío en el cuerpo de Cristo, pero también habrá un vacío en la cultura de la humanidad".

Por eso, en sintonía con el pensamiento de León XIV, Gugerotti pide al mundo que despierte, que empiece a despertar de nuevo esa razón que lleva ya demasiado tiempo dormida. «Ya no podemos -admite- perdernos detrás de nuestras mezquinas luchas de poder, ya no podemos manipular la historia para conseguir lo que queramos». De todas las minorías, la cristiana es la más olvidada, la más amenazada de muerte. Sin embargo, la esperanza sigue viva entre esos fieles, a diferencia de nosotros, que los observamos desde fuera".

Ecumenismo de la Caridad

A pesar de las guerras y los abusos, la violencia y el dolor, la Roaco trabaja incansablemente para crear pequeños oasis de esperanza, reconstruyendo allí donde es posible y poniendo en práctica el diálogo ecuménico. Una dimensión que adquiere una importancia estructural porque, como dice el cardenal, pretende «eliminar el escándalo del cristianismo dividido». Y la solidaridad histórica que hoy por necesidad se da entre las Iglesias es una clara invitación a una comunión que hasta ahora no hemos sido capaces de alcanzar a través de la reflexión teológica'. En esencia, un ecumenismo de socorro y caridad.

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