"La evolución de las ofrendas en 2024 es una señal alentadora", señala el prefecto de Economía Maximino Caballero: "La sostenibilidad financiera es necesaria para garantizar la continuidad de la misión"

Maximino Caballero Ledo, prefecto de Economía de la Santa Sede
Maximino Caballero Ledo, prefecto de Economía de la Santa Sede A. Saiz/Avan

"Debemos seguir trabajando en una redistribución cuidadosa y equilibrada de los recursos, asegurando que se destinen de manera cada vez más eficaz a las prioridades misioneras. No se trata solo de mantener el equilibrio presupuestario, sino de reforzar la capacidad de la Santa Sede para utilizar de la mejor manera posible cada contribución recibida, haciendo más sólida y sostenible su presencia al servicio de la Iglesia universal"

El prefecto de la Secretaría para la Economía, Maximino Caballero Ledo, habla de una dirección positiva y de señales alentadoras al comentar con los medios de comunicación vaticanos el presupuesto de la Santa Sede para 2024, publicado hoy, 25 de noviembre.

Explica los orígenes de estas «dinámicas favorables» y, al mismo tiempo, invoca prudencia, realismo y continuidad para consolidar estos avances significativos. «No se trata solo de mantener el equilibrio presupuestario —subraya—, sino de reforzar la capacidad de la Santa Sede para utilizar de la mejor manera posible cada contribución recibida», con el fin de hacer «más sólido y sostenible» el servicio a la misión de la Iglesia universal.

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En 2024, el déficit presupuestario de la Santa Sede se redujo casi a la mitad, pasando de 83 a 44 millones. ¿Puede explicar con más detalle cómo ha sido posible esta mejora?

La mejora registrada en 2024 —con la reducción del déficit operativo estructural de 83,5 a 44,4 millones de euros— representa un avance significativo en la consolidación de la situación económica de la Santa Sede. A este resultado ha contribuido el aumento global de los ingresos, que asciende a casi 79 millones de euros con respecto al año anterior. El incremento se debe al crecimiento de las donaciones, a los resultados positivos de la actividad hospitalaria y a los avances registrados en la gestión inmobiliaria y comercial. Estas dinámicas favorables, junto con un control prudente de los gastos y un compromiso constante por mejorar la eficiencia operativa, han permitido contener de manera sustancial el déficit e indican una dirección alentadora. A pesar de la significativa mejora lograda, persiste un déficit operativo de 44,4 millones de euros. Por lo tanto, se continúa con determinación en el camino hacia la plena sostenibilidad financiera, transformando este desafío en una oportunidad de consolidación y crecimiento, que debe abordarse con continuidad, realismo y disciplina, manteniendo un equilibrio entre el compromiso misionero y una gestión responsable de los recursos.

A pesar de la significativa mejora lograda, persiste un déficit operativo de 44,4 millones de euros. Por lo tanto, se continúa con determinación en el camino hacia la plena sostenibilidad financiera, transformando este desafío en una oportunidad de consolidación y crecimiento, que debe abordarse con continuidad, realismo y disciplina

Pasemos a las ofrendas, que han aumentado significativamente. En la entrevista con Elise Allen, el papa León dijo: «La gente hace muchas declaraciones sobre la situación financiera del Vaticano. No es la crisis que se ha hecho creer a la gente... Seguiremos trabajando en ello. La reforma que ha iniciado Francisco ha tomado decisiones muy importantes, las cosas han mejorado sin duda con respecto a hace diez años, pero esto debe continuar». Invirtiendo la narrativa, ¿podemos decir que este año el presupuesto parece demostrar que la misión de la Santa Sede se ha vuelto más sostenible, con ingresos cada vez más orientados a maximizar la transformación de los recursos financieros en valor social y en impacto efectivo de la misión apostólica?

La evolución de las ofrendas en 2024 es una señal alentadora. Tras años de ralentización, el hecho de que las contribuciones hayan mostrado un crecimiento permite esperar una renovada participación de los fieles y de las Iglesias locales en la misión de la Santa Sede. Se trata de un dato positivo, que sugiere un clima de mayor confianza, aunque sabiendo que se trata de dinámicas que pueden variar con el tiempo y que siempre requieren prudencia y realismo en su interpretación. El análisis de los gastos confirma, como viene ocurriendo desde hace años, que la gran mayoría de los recursos se destina directamente a las actividades apostólicas. Esta estructura del presupuesto, estable a lo largo del tiempo, refleja la coherencia entre las prioridades de la misión y las decisiones económicas que hacen posible su realización, valorizando las iniciativas pastorales y apoyando a las comunidades eclesiales más frágiles. Se trata de un elemento ciertamente positivo, que anima a continuar por este camino, con continuidad, equilibrio y una gestión siempre atenta de los recursos disponibles.

Maximino Caballero Ledo

Como se destaca en el informe, la gestión financiera ha sido especialmente positiva, generando resultados positivos por valor de 46 millones de euros. ¿Cree que se puede hacer más y mejor, alejándose de la lógica que solo apunta a la reducción de gastos para centrarse más en donaciones, recaudación de fondos, inversiones y valorización del patrimonio?

El resultado de la actividad financiera en 2024 ha contribuido de manera importante a la mejora del panorama económico general, permitiendo cerrar el ejercicio con un pequeño superávit. Ha sido un apoyo valioso, que ha ayudado a hacer frente a un contexto aún marcado por presiones significativas y ha ofrecido un respaldo concreto a las actividades relacionadas con la misión de la Santa Sede.

Es bueno recordar que una parte de estos resultados deriva de operaciones extraordinarias relacionadas con la reasignación de la cartera según la nueva política de inversión y las indicaciones del Comité de Inversiones. Se trataba de un paso necesario para hacer la gestión más coherente con los criterios establecidos, pero las plusvalías generadas en esta fase no son replicables con la misma intensidad en los años siguientes y reflejan la volatilidad natural de la actividad financiera. Por este motivo, además de la prudencia en la gestión de los gastos, es imprescindible seguir trabajando en el ámbito de los ingresos: desde las donaciones hasta la recaudación de fondos, desde la valorización del patrimonio hasta una gestión de las inversiones coherente con los criterios establecidos. El objetivo no es contraponer las dos dimensiones, sino consolidar los progresos realizados y reforzar gradualmente una base económica más estable. Se trata de un camino que requiere continuidad y realismo, para que los recursos disponibles puedan sostener de manera eficaz y responsable las actividades de la Santa Sede.

El presupuesto de este año indica un paso decididamente positivo. ¿Es posible alcanzar la plena sostenibilidad financiera?

El resultado de 2024, con un superávit total de 1,6 millones de euros y una recuperación tan significativa con respecto al año anterior, es sin duda una señal muy positiva. Indica que la dirección tomada es alentadora, sobre todo gracias a la reducción del déficit operativo estructural. Ahora se trata de consolidar los avances a lo largo del tiempo, porque, como ya se ha indicado, parte de esta mejora se debe a elementos no recurrentes. Además, la sostenibilidad financiera no es solo un objetivo posible, sino una condición necesaria para garantizar la continuidad de la misión de la Santa Sede. La obra apostólica es, por su naturaleza, amplia y dinámica y, por lo tanto, requiere una base económica estable. Por esta razón, debemos seguir trabajando en una redistribución cuidadosa y equilibrada de los recursos, asegurando que se destinen de manera cada vez más eficaz a las prioridades misioneras. No se trata solo de mantener el equilibrio presupuestario, sino de reforzar la capacidad de la Santa Sede para utilizar de la mejor manera posible cada contribución recibida, haciendo más sólida y sostenible su presencia al servicio de la Iglesia universal.

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