El prefecto saluda el Encuentro Mundial de Movimientos Populares en Roma Michael Czerny: "La Iglesia está interesada en el trabajo de cada hombre y de cada mujer sobre la tierra"

Cardenal Michael Czerny
Cardenal Michael Czerny

"Los recursos para vivir son cada vez más abundantes pero están concentrados en manos de muy pocos"

"Estoy convencido de que la cercanía, el énfasis, la atención del Santo Padre (Francisco) hacia los movimientos populares —y espero también la creciente atención de la Curia romana— van a sellar este pontificado. De eso estoy seguro"

"Las COP, no son tanto el lugar para tomar decisiones o hacer compromisos, sino la expresión de los compromisos ya tomadas a nivel nacional y regional, el poner en común lo que se ha ya decidido en cada país"

(Noticias Obreras).- Tras el saludo inicial, recuerdos y mensajes de amigas comunes, nos sentamos en la mesa de trabajo. Su vestimenta es la de un prelado sencillo. No espera grandes titulares, más bien reflexiones de fondo. Un estilo propio de quien transmite calma y sonríe. Solo la simbólica cruz de madera, con un clavo procedente de una barca, y su anillo del Vaticano II lo delatan como cardenal responsable del dicasterio que atiende el grito sufriente de las personas y de la casa común.

Creemos. Crecemos. Contigo

Me llama mucho la atención, porque me parece un signo muy importante, que supiera sobre su elección como cardenal estando en Brasil, en la Escuela Florestan en Guararema, São Paulo, en una reunión con movimientos populares, dialogando del Sínodo Amazónico (octubre de 2019). Eso creo que es un signo muy potente. ¿Cómo lo interpretó usted entonces?

Me pareció un momento realmente providencial que me ayudó a entender la llamada del papa Francisco, básicamente, de hacerme más explícitamente cercano a él, más públicamente su colaborador. Y en ese sentido, asociándome todavía más explícitamente a su Magisterio, a sus gestos y sus palabras.

Y en este sentido, me dio paz este momento providencial, inesperado e impreparado, que selló el hecho de convertirme en Cardenal.

Czerny, durante la presentación
Czerny, durante la presentación

Entonces, le agradecí mucho al Señor esa llamada de Roma que llegó en la madrugada del primer día de septiembre. Por lo que durante todos los días siguientes de la reunión —dos o tres días, no recuerdo bien— fueron, en cierto sentido, un tipo de retiro, con esta música de fondo.

P. Usted es una figura clave en el nacimiento de los encuentros mundiales de los movimientos populares. ¿Recuerda cómo fue aquel acercamiento con los dirigentes del momento?

R. Sí, lo recuerdo muy bien. En aquel entonces yo trabajaba en la Curia, en el Pontificio Consejo Justicia y la Paz. Un día llegó Juan Grabois, enviado por el papa Francisco. No sé lo que le dijo el Papa a Juan, pero puedo imaginarlo. Básicamente, Juan se presentó con estas palabras: “Aquí estoy porque el Papa me envió y me dijo que tú me vas a ayudar”.

Y con esta expresión muy sencilla, esa fue mi “introducción” —entre comillas formal— a toda esta dimensión o realidad de los movimientos populares. No porque no conociera nada de eso, porque ya había tenido varias experiencias. Sino más bien en este enfoque explícito, y en relación implícita y explícita con la Iglesia. Esa fue la gran novedad.

A partir de aquel momento, Juan contó conmigo, por lo menos en dos dimensiones. Una, la más obvia: la dimensión práctica, al tener la posibilidad de apoyar logísticamente la realización de todas las reuniones, y eso hemos hecho hasta las últimas. Y la segunda, al acompañar esta aventura al aprender a caminar juntos.

P. En este sentido, ¿hubo alguna insistencia de Francisco?

R. El papa Francisco no insistió. No tenía que insistir. Era obvio lo que quiso y lo traté de hacer.

Encuentros Mundiales de Movimientos Populares
Encuentros Mundiales de Movimientos Populares

P. ¿Qué impacto tienen las 3T —tierra, techo y trabajo— en la vida de la Iglesia y en la sociedad?

R. El primer punto es que yo siempre me sentí un poco discrepante porque me gustaría interpretar la T de tierra en dos sentidos: tierra y comida. Y probablemente no logré introducir eso en el vocabulario, pero quiero decirlo porque me ayuda a universalizar las 3T, y de este modo, reconocer que en el futuro seremos más urbanos que rurales en el mundo.

En este sentido, las 3T no deberían tener esta dimensión tan exclusivamente centrada en la tierra, en la vida rural. Por lo que esta es, como he dicho, una pequeña discrepancia.

Por otro lado, nuestro trabajo aquí, en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, es tratar de enriquecernos del vocabulario de las iglesias locales que acompañamos. Entonces, para mí, las 3T no son un eslogan fijo, sino una clave de interpretación. En general, en cada país, cada continente, cada iglesia local, buscamos las palabras, que probablemente no van a ser literalmente las 3T, aunque en algunas realidades de América Latina lo sean.

P. ¿Qué disposición encuentra en León XIV para continuar con la cercanía a los movimientos populares? ¿Qué matices puede incluir nuevos?

R. A la primera respuesta es sí: estoy convencido de que la cercanía, el énfasis, la atención del Santo Padre hacia los movimientos populares —y espero también la creciente atención de la Curia romana— van a sellar este pontificado. De eso estoy seguro.

En segundo lugar, pienso que vamos a ver un nuevo énfasis en la relación entre los movimientos populares y las iglesias locales. Y que quizás Roma no vaya a tener el papel que tuvo hasta ahora.

En cierto sentido, comenzamos aquí para —como dijo Juan [Grabois]— plantar la bandera. Y con esta bandera plantada, hemos tratado de concienciar, animar y acompañar en varias partes del mundo, incluso en Italia.

La relación directa con el Santo Padre es una bendición, una animación, una enseñanza, pero no es el punto central. Esta transición, o cambio de énfasis, se va a notar.

Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos
Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos MMTC

P. Este año el Encuentro de los Movimientos Populares se realiza en Spin Time, un lugar que es un símbolo de lucha por la vivienda, de solidaridad, de acogida, de dignidad. ¿Qué relevancia le da a esto?

R. La primera cosa que quiero decir, que tú no mencionaste, es que Spin Time es un lugar de encuentro entre la fe cristiana y los movimientos populares, y también entre la Iglesia católica y los movimientos populares.

Spin Time no es una iniciativa católica oficialmente, pero tiene la gracia de ser un espacio en el que, casi desde el comienzo, se ha experimentado este encuentro, no hablado, sino vivido. Encuentro vivido —subraya—. Y por eso Spin Time es un lugar simbólico, muy interesante.

Es verdad que, por ejemplo, hace años el primer encuentro de los movimientos populares con el papa Francisco se realizara en la Aula Vieja del Sínodo (octubre 2024) simbolizó un tipo de encuentro con la Iglesia. Mientras que, en Spin Time es diferente, complementario. Y eso me parece “súper”.

P. ¿Qué papel pueden jugar hoy los jóvenes para construir otra forma de hacer política más vinculada a la fraternidad o a la justicia social?

R. Bueno, tienen que hacer lo que hizo Jesús: expulsar a los demonios. Tienen que exorcizar la política, o sea, tienen que erradicar los “malos espíritus” de los momentos actuales. Y eso se hace no con palabras, o con eslóganes, o con estudios, o con discursos, sino viviendo una nueva política.

Viviendo la nueva política se desarrolla y se manifiesta. Con palabras no vas a poder persuadir a un joven de abandonar el pesimismo y la desesperación, sino invitándole a caminar —de nuevo la expresión sinodal—, a caminar juntos para descubrir al caminar que la vida se hace viviendo para los demás, y no para sí mismo, para su pequeño grupo de intereses. Así se abre el mundo real, el mundo cristiano, el mundo futuro. Y en eso tengo mucha confianza.

Reconozco que es un momento de desesperación, lo veo también, pero después de tantos años, cuando reflexiono sobre las décadas que he vivido y el deterioro de la dimensión política. ¿Qué es la política? La política es el sistema que desarrollamos para tomar responsabilidad, juntos, para nuestra vida y nuestra tierra, la casa común.

Michael Czerny: "Conferencia Eclesial de la Amazonía es un ámbito de sinodalización que Latinoamérica ofrece a la Iglesia universal"
Michael Czerny: "Conferencia Eclesial de la Amazonía es un ámbito de sinodalización que Latinoamérica ofrece a la Iglesia universal"

P. En ese sentido, también está la parte positiva. Hay muchos jóvenes que se comprometen en la política, jóvenes como los que están por Spin Time, como los que están implicados en los movimientos populares, que transforman la sociedad. ¿Cómo valora usted ese compromiso y qué aportan a la misión de la Iglesia y al bien común?

R. Bueno, en un sentido viven implícita o explícitamente la enseñanza de Jesús: que la vida se encuentra cuando se da. Es donando la vida que te da vida.

Tengo la impresión y la esperanza que los jóvenes están viviendo más de lo que pueden decir. O sea, que el discurso es muy pobre hasta ahora. Porque el viejo, el antiguo discurso de la política está, como has dicho, despreciado y vacío, no hay nada nuevo.

En cambio, si tienes una lógica de explotación, de consumismo y de competición, no vas a encontrar la vida. Vas a encontrar pobres sustitutos que no satisfacen.

“La nueva política se desarrolla silenciosamente en situaciones como Spin Time, en el activismo para la paz, en el cuidado de la casa común…”

Entonces, en cierto sentido, me parece que la nueva política se desarrolla silenciosamente en situaciones como Spin Time, como en el voluntariado, en el activismo para la paz, en el cuidado de la casa común, en todos los esfuerzos en los que tratamos de construir vida para los demás. Y ahí encontramos a Jesús, porque Él nos prometió estar ahí.

P. Estamos asistiendo a una criminalización de la solidaridad con los migrantes y al cierre de fronteras. ¿Cómo cree que debe seguir respondiendo la Iglesia a esto?

R. Bueno, continuando a acogerles, a protegerles, a ayudarles a alzar la voz, en concreto, a acompañarlos. No hay misterio sobre lo que debemos hacer. Los esfuerzos como los que se hacen en el Mediterráneo y en otras fronteras violentas son claros: hay que continuar, esforzarse y perseverar en la acogida fraterna.

“Perseverar en el servicio desinteresado y generoso, con valentía, es lo que debemos hacer en nombre de Dios y de la humanidad”

P. Esto es muy importante, porque ese discurso de criminalización en la sociedad hace muy difícil el compromiso de la gente para ayudar. Es la figura del samaritano: uno hace de samaritano y lo castigan por todos lados…

R. Sí, comienza como buen samaritano y termina como mártir. Sabemos por la fe que los mártires son los testigos más fuertes. Entonces, pienso que perseverar en el servicio desinteresado y generoso, con valentía, es lo que debemos hacer en nombre de Dios y de la humanidad. Las migraciones son un signo de nuestros tiempos.

P. También el cambio climático. Estamos a las puertas de la COP30 en Brasil. ¿Qué urgencia se plantea la Iglesia?

R. Mi opinión es que las cumbres, las COP, no son tanto el lugar para tomar decisiones o hacer compromisos, sino la expresión de los compromisos ya tomadas a nivel nacional y regional, el poner en común lo que se ha ya decidido en cada país. Entonces, a mi modo de ver, nuestra atención debe centrarse en las políticas y los compromisos nacionales.

P. De las tres T, el trabajo quizá sea la importante en el Magisterio Social de la Iglesia. Sin embargo, para muchas personas trabajadoras, jóvenes, mujeres, migrantes, hoy significa precariedad, desempleo, dificultades para acceder a una vivienda o salarios injustos. ¿Qué está proponiendo ahora la Iglesia para que el trabajo vuelva a ser un espacio de humanidad, de dignidad y de realización personal?

R. En este gran campo, la Iglesia sigue haciendo lo que el papa León XIII hizo. Es decir, la Iglesia encuentra el mundo obrero contemporáneo como campo de fe, de evangelización y de caridad. No es una cosa separada, solo material o de segunda importancia, sino que el desafío del trabajo digno está en el centro de la vida humana y de la vocación de la Iglesia. Eso dijo León XIII, y eso han repetido los Papas hasta hoy.

Y se puede decir sin vacilaciones. No decimos: la Iglesia está interesada solo en el trabajo rural, o en el trabajo industrial. No. La Iglesia está interesada en el trabajo de cada hombre y de cada mujer sobre la tierra.

Gracias a san Juan Pablo II entendemos el trabajo más intrínseca y esencialmente, como el corazón de la vocación humana. No lo reducimos a un problema meramente económico, de distribución u organización. Es una cuestión al corazón de lo humano: es cómo podemos desarrollarnos, siendo un don de Dios. Nuestra vida es un don de Dios, cómo podemos desarrollarla para devolverla a Dios al final de la vida. Eso es la vocación.

Y se puede decir sin vacilaciones. No decimos: la Iglesia está interesada solo en el trabajo rural, o en el trabajo industrial. No. La Iglesia está interesada en el trabajo de cada hombre y de cada mujer sobre la tierra

Entonces, lo que ha dicho, en efecto, el papa León XIV es renovar la presencia activa, consciente y dedicada de la Iglesia en el mundo del trabajo.

Y no hay condición y no hay límite. Es trabajo. No es solo el trabajo industrial, ni solo el trabajo de servicios, ni solo el trabajo electrónico. Y el gran desafío de los sistemas globales es cómo conectar el trabajo necesario con los recursos para vivir.

Y el sistema contemporáneo no funciona, porque los recursos para vivir son cada vez más abundantes pero están concentrados en manos de muy pocos. Y eso es una total contradicción.

P. En el cuarto Encuentro de Movimientos Populares, Francisco planteó dos medidas muy concretas: estudiar la reducción de la jornada laboral y establecer un salario básico universal, porque el trabajo informal sigue creciendo. ¿Siguen vigentes estas propuestas ahora, en este cambio de época?

R. No sé si hay una respuesta que valga para todo el mundo. Pero si me estás preguntando si estos dos temas están todavía en la agenda, claramente sí.

P. ¿Cómo valora usted el compromiso de los movimientos populares de impulsar otras formas de entender la economía —social, popular, solidaria—?

R. No hay una respuesta única. Cada esfuerzo es necesario para ver a dónde llegamos. No sabemos cómo ejercer de verdad la responsabilidad compartida, es decir, la política. Y tampoco sabemos cómo distribuir los recursos y generar trabajo digno. Son dos desafíos enormes.

“Hay que reconfigurar el sistema, no tanto hablando, sino caminando juntos. En ese sentido, los movimientos populares son ciertamente una aportación muy importante”

El desarrollo tecnológico y de la comunicación han hecho obsoletas las actuaciones del siglo pasado, en las que confiábamos. Pensábamos que nos durarían durante este siglo, pero no. Entonces hay que reconfigurar el sistema, no tanto hablando, sino caminando juntos. En ese sentido, los movimientos populares —que no hablan, sino hacen— son ciertamente una aportación muy importante.

P. ¿Qué mensaje quiere dirigir a los movimientos populares que se reunirán en Roma en octubre?

R. Hay un mensaje de una sola palabra: es “esperanza”.

P. ¿Y qué palabras de esperanza desea dejar a los jóvenes, creyentes o no creyentes, que buscan justicia y dignidad en un mundo herido?

R. A seguir caminando, seguir caminando. El Sínodo es una nueva comprensión, no solo de la vida de la Iglesia, sino de la vida misma. Y los jóvenes lo reconocen cuando lo experimentan: que la vida real consiste en caminar juntos. No les es fácil encontrar caminos comunes, pero seguramente es la única posibilidad. Tenemos que aprender a escucharnos mutuamente al caminar juntos. Y los jóvenes que comienzan a hacerlo —por invitación de la Iglesia o por otros motivos— están preparándonos el futuro.

Muchas gracias por su trabajo, por su compromiso y por su tiempo.

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