La Santa Sede suspende el pago de horas extraordinarias a sus funcionarios La austeridad marca tendencia en el Vaticano
El "efecto Francisco" ha llegado a Roma. Definitivamente. El Papa que desea "una Iglesia pobre y para los pobres", que apagaba a media tarde las luces de las oficinas curiales, que vive de modo austero y ha aparcado las joyas y los coches caros, comienza a marcar estilo.
Así, la Santa Sede ya ha anunciado que suspenderá el pago de horas extraordinarias a sus funcionarios. Una primera medida, que permitirá el ahorro para causas benéficas y evitar despidos. Del mismo modo, ya comienzan a conocerse datos de la indumentaria de los nuevos cardenales, que evitarán el uso excesivo de oropeles y esclavinas doradas, según los propios sastres que han confeccionado sus vestiduras.
El Papa ordenó aplicar medidas de austeridad ante la crisis económica y así evitar el despido de empleados y funcionarios. Las nuevas indicaciones fueron autorizadas por el número dos del Vaticano, el Secretario de Estado Pietro Parolin.
La reforma de las estructuras económicas de la Curia Romana está siendo examinada por grupos de expertos privados, con la supervisión de ocho cardenales asesores del papa y otros consejeros, casi todos prelados extranjeros que no forman parte de la maquinaria interna.
El Vaticano deberá moverse al ritmo austero del papa Francisco, quien designó pocos meses después de su elección en marzo pasado una comisión para hacer más eficiente y transparente la administración de la Santa Sede.

Se trata de una reforma que apunta directamente contra el derroche y la corrupción y a bajar costos.
Esos objetivos figuran en un documento de puño y letra de Francisco, llamado "Quirógrafo" en la jerga vaticana, en el que pide una racionalización de los gastos, para evitar el dispendio de recursos económicos, favorecer la transparencia en la adquisición de bienes y servicios, y perfeccionar la administración del patrimonio mobiliario e inmobiliario.

Por otro lado, el estilo personal del pontífice -que le valió el reconocimiento de la revista Esquire al `"Hombre mejor vestido del 2013"- y su mensaje de sobriedad serán puestos a prueba el sábado cuando incorpore a 19 prelados al Colegio de Cardenales, imponiéndoles sus birretes tricornios de seda roja en su condición de "príncipes de la Iglesia".
Para la ocasión jubilosa, los cardenales suelen estar ataviados de púrpura de pies a cabeza, desde el birrete y el solideo hasta las medias, pasando por la muceta, una esclavina de seda.
Pero ante el "papa villero", los tradicionalistas se preguntan cómo se presentarán los nuevos cardenales, que provienen de algunos de los rincones más pobres de la tierra, como Haití, Burkina Fasso y Costa de Marfil.
"Lo que caracterizará este consistorio es el modo en que los cardenales interpreten este atuendo tradicional", afirmó Raniero Mancinelli, que ha vestido cardenales y aun papas desde hace más de medio siglo en su pequeño comercio junto a los muros del Vaticano.
¿Optarán por la indumentaria suntuosa y tradicional favorecida por algunos cardenales del primer mundo? ¿O seguirán el ejemplo del excardenal argentino Jorge Bergoglio, quien según se dice usó una sotana arreglada heredada de su antecesor para su consistorio en el 2001?
"Los cardenales y sacerdotes son mucho más cuidadosos y gastan menos dinero en sus vestiduras", dijo Mancinelli a The Associated Press. "Las mitras recamadas están solamente en las vitrinas. Esta es una consecuencia de Francisco. Quieren demostrar que están en la misma onda pastoral".
Mancinelli, que está muy activo en estos días dando los toques finales a los atuendos encargados por varios de los nuevos cardenales, dice que habrá que ver cuánto encaje llevarán los flamantes príncipes en el roquete, una túnica blanca, que tradicionalmente se tejía a mano -a muy buen precio- pero que ahora se confecciona a máquina.
"Este es el efecto Francisco", comentó.
En el 2001, cuando el entonces arzobispo de Buenos Aires fue ordenado cardenal por el papa Juan Pablo II, usó un roquete sencillo con solo dos lazos de encaje bordado.
Otro ahorro podría provenir del material usado para la sotana. En vez de seda y casimir, hoy suelen confeccionarse con material sintético.
"Cuesta menos y dura más", reflexionó el sastre.
(RD/Agencias)