"En su carta veo ley, norma y doctrina" y "nada de corrección fraterna" Carta abierta a Sor Pilar Cano: "La calidad de la vida contemplativa se mide en la caridad"

(Carmen María Martínez Celma, dominica seglar).- Dicen que el árbol se conoce por los frutos, y los del árbol de Sor Lucía Caram, son sabrosos y fecundos. Somos muchos, creyentes y no creyentes, los que nos beneficiamos de ellos y de la sombra de su frondoso árbol. Me preocupa que quien se precia de "monja contemplativa" como ud. Sor Pilar, tenga tiempo para "revisar la vida de las hermanas" y arrojar, en pleno año de la misericordia, una piedra contra otra hermana, que mueve cielo y tierra (cielo y tierra) para que el Reino de Jesús se instaure.

Déjeme decirle que estamos en una situación de grave crisis, tal vez Vd. no la ve en su crudeza porque está demasiado ocupada en escrutar las leyes canónicas, mientras otros, con el fuego del Evangelio, escrutan los signos de los tiempos y atienden los gemidos de los empobrecidos.

Le recuerdo un gesto del Joven Domingo de Guzman. Cuando era un estudiante, dedicado al estudio, la oración y el silencio, supo que había una gran hambruna. Y ¿qué hizo? Vendió sus libros diciendo: "No puedo estudiar sobre pieles muertas, mientras mis hermanos, pieles vivas, se mueren de hambre". Él estaba allí para estudiar. Pero antepuso la "obligación" y su "compromiso" personal, al bien común.

Tengo la impresión que Vd. se justifica. Dé gracias a Dios que una hermana, apoyada por su comunidad, trabaje por el Reino. A lo mejor en ese bendito Monasterio de Manresa está surgiendo algo nuevo, tal vez lo que vd. ignora, es que están dando cauce en comunión con la Iglesia y con la humanidad a eso nuevo que nace.

Si Vd. hubiera obrado evangélicamente, esto es: Si hubiera llamado a su hermana para decirle lo que dijo públicamente, seguramente sabría cosas que hoy no sabe, o al menos le hubiera dado la posibilidad de explicarse, o de "rectificar". Pero no. Perdone, pero los cobardes huyen de los mecanismos que propone Jesús para hacer su santa voluntad. Que es lo que Vd. hizo, porque Jesús apela a hablar con el hermano a solas, con testigos y luego a denunciar. No haber seguido estos pasos, y querer provocar división, la descalifica. ¿O acaso los siguió? No, sé que ni siquiera la llamó.

Ahora le digo: 1400 familias, 4500 personas comen gracias a la Fundación que inició aquella que Vd, dice que "no es consagrada" porque no vive la clausura ni obedece (otro juicio suyo, cuando Jesús dijo que no juzguemos). Más de 70 personas tienen un techo, gracias a esa pecadora; 450 niños tienen acceso a escolarización, gafas, colonias, y apoyo psicológico, gracias a esa "monja rebelde"; más de 9.000 niños ya se han beneficiado de la Campaña que ella organizó en el territorio Español "Todos Contra la pobreza infantil".... Suma y sigue. Una fe sin obras está muerta. Ella no se mete con su fe, por favor, no la machaque con la falta de la suya.

Ah, y le recuerdo que mientras ella reparte alimento a los más pobres, muchos conventos de monjas "de clausura", reciben alimentos de los Bancos de alimentos de toda España, por los que trabaja también Sor Lucía.

Termino con pena: La calidad de la vida contemplativa se mide en la caridad. En su carta veo ley, norma y doctrina. ¿No es posible alegrarse de una hermana que llega al corazón de la gente sencilla y que es reconocida y querida porque acoge a los más pobres?

Le deseo a Vd y a todas las monjas de clausura y a las Contemplativas, un feliz año de la vida consagrada.

Carmen María Martinez Celma

Dominica Seglar

Comunidad de Madrid

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