El socio del provincial dominico de Hispania aborda el futuro de la congregación Francisco Rodríguez Fasio op: "Nuestra religión es una religión de futuro, nuestro puesto es estar en las murallas"
(Jesús Bastante).- Francisco Rodríguez Fasio es Socio del Provincial de Hispania. la nueva Provincia de España de los dominicos. Una orden que está celebrando 800 años de existencia. "Nosotros tenemos que ser los que están en la primera línea. Muchas veces seremos acusados de herejes, como le pasó a santo Tomás, y luego resulta que somos santos recomendadísimos. Otras veces seremos santos recomendados y meteremos la pata más de una vez. Es el riesgo de estar siempre en la frontera", incide.
¿Qué significa socio?
Socio sería como un Viceprovincial. El que le suple cuando está fuera y el que le asiste en el gobierno.
¿Es la primera vez que asistes al nacimiento de una provincia?
Inevitablemente, porque mi Provincia anterior de Andalucía nació en 1514.
¿Cómo es ese proceso?
La provincia Hispania es una creación nueva que viene de tres provincias anteriores. La llamada provincia de España, porque fue la original. Ocupaba el norte de España, desde el Guadiana para arriba. Después la provincia de Aragón, que nace en 1300. Ocupa la antigua corona de Aragón. Y la Bética o de Andalucía que nace en 1514, desde debajo del Guadiana y Canarias, sobretodo para la evangelización de América recién descubierta. Llegan las tres hasta 1835. En la Exclaustración desparecen todas. Se van restaurando a partir de la Provincia de España, y después se van otra vez haciendo autónomas, hasta este momento. Hay también una provincia misionera, la provincia de Ntra Sra del Rosario, donde tiene España un vicariato. Por esa vinculación con el oriente, con la antigua provincia de Filipinas, y su misión actual en el Japón, en China y en Corea, no se ha unido a nosotros por tener otra relación. Por lo que hay dominicos en España que no pertenecen a la provincia de Hispania, pero estamos evidentemente relacionados.
Habéis tenido un capítulo en lugar mítico para la orden, Caleruega. ¿Cómo ha sido?
Ha sido especial primeramente por el valor simbólico que tiene Caleruega, que es el lugar de nacimiento de santo Domingo. Para nosotros es la significación de la cuna. Queríamos vincularnos con las raíces. Además el convento de Caleruega está preparado con una serie de condiciones técnicas, hasta de logística, que nos ha venido muy bien
¿Cómo se ha ido produciendo el Capítulo? No siempre tenemos la ocasión de saber cómo funciona por dentro un Capítulo de una orden religiosa. Y menos una con tantos siglos de historia.
Para entender la legislación de los dominicos hay que darse cuenta de que nació cuando nacieron las ciudades en la Edad Media. Por eso tiene tanta importancia el proceso democrático, de abajo a arriba.
Nuestras Provincias, aunque forman una sola orden, son autónomas. Se basan en el principio de la colegialidad, de la subsidiaridad y de la coordinación. Un Capítulo nuestro es el máximo órgano legislativo dentro de la Provincia. Normalmente es el que elige al superior provincial, a su consejo y al oficial de Provincia. Esta vez, no ha sido así porque cuando una Provincia es nueva, como no existe un capítulo previo, no se puede elegir. El maestro de la orden es el que elige al Prior provincial. Pero todos los demás cargos los elige el Capítulo.
En este caso ha sido Jesús Díaz Sariego.
Sí. Un Capítulo tiene dos partes: uno asambleario: vienen representantes de distintas casas, y con unas comisiones previas y trabajo previo. Se discute en comisiones y en asambleas cuáles son las orientaciones, las ideas, los planteamientos y las líneas a seguir.
Esas asambleas escogen lo que se llama "los definidores", que es un grupo en nuestro caso de ocho personas que van a determinar en la segunda parte del Capítulo cómo llevar todas esas ideas a lo operativo.
Los definidores no pueden aceptar lo que la asamblea ha dicho que no. Pero sí pueden matizar, concretar y hacer legislativo lo que la asamblea ha dicho que sí.
Y ahora estáis en esa fase
Hemos terminado esta fase y se han mandado las actas del Capítulo a Roma para ser aprobadas por el Maestro de la orden y su consejo, y en cuanto sean publicadas ya tienen valor de ley para nosotros.

¿Cuáles son las claves de trabajo y de futuro de los dominicos en España?
Lo más importante para entender este proceso y lo que quiere significar para nosotros pasa por ver el contexto en que lo hemos planteado. Porque según cómo se plantean las cosas, se plantean las preguntas y vienen las respuestas.
Y la pregunta es: esto que vamos a hacer, ¿qué es, una reestructuración o una revitalización? Si es reestructuración es como una empresa, gestionarlo mejor y santas pascuas. Si es una revitalización tiene que tener otros principios.
Entiendo que es la segunda parte.
Sí, pero lo hemos enfocado con un trabajo de cuatro años anteriores. Ha sido exitoso porque nos ha llevado desde la unión y la ilusión por lo nuevo, a lograr que entre nosotros, que somos muy distintos, haya un ambiente de ilusión por el futuro.
Entonces, viendo que no podía ser una simple gestión, teníamos que plantearnos qué era. Y nos lo hemos planteado también desde una lectura teológica y espiritual de la vida:
Se pueden hacer tres cosas; vivir la realidad como si Dios no existiera, entonces como he dicho antes, gestionar como en una empresa.
Un segundo planteamiento es hacerlo con Dios. Vivir nuestro hoy con Dios. Parece más piadoso, pero al fin y al cabo nosotros gestionamos la cosa y de vez en cuando rezamos un poquito.
Yo creo que la clave del planteamiento ha sido vivir el hoy de Dios: Dios, que actúa en la historia, que la hace marchar hacia adelante, ¿qué nos está diciendo? Y en cómo responder a esas preguntas que Dios nos hace.
En principio, no es lo más importante que los dominicos nos unamos en España y gestionemos nuestros colegios, que tengamos residencias para nuestros ancianos. Sino cómo ponerse al servicio de Dios mediante la predicación aquí y en nuestro territorio provincial, que no solamente abarca España sino que también abarca Cuba, Venezuela, República Dominicana, Uruguay, Paraguay, Guinea Ecuatorial.
Todo esto te da unas perspectivas y una amplitud de miras. Incluso una generosidad y un impulso. Hace que muchos planteamientos te resulten mezquinos, incluso fuera de lugar.
No estamos en un tiempo de desgracia, sino de gracia. Y a la orden, viendo la historia, cuando le ha ido mejor fuera, se ha podrido un poco por dentro. Mientras que cuando ha habido momentos de reto, es cuando se han generado las mejores energías, porque en vez de mirarnos a nosotros mismos, hemos vivido el hoy como gran oportunidad. Creo que esa ha sido la clave para entender un poco por dónde queremos ir.
¿Es posible hoy ese planteamiento?
Sí, entre otras cosas porque se está dando. En el ambiente del Capítulo, por ejemplo, encontramos hombres muy distintos que venimos de lugares muy variados, distintos países, distintas culturas, incluso españolas. Que podíamos tener incluso resabios o cuentas pendientes o historias paralelas.
Y sin embargo el planteamiento nos hacía converger hacia el futuro y no perdernos en estas cuestiones. Tendremos que aceptar nuestra historia como maestra de la vida.
Tenemos que gestionar el presente porque es lo que tenemos. Pero lo que no podemos nunca es matar la creatividad. La Provincia nueva está por hacer (nos decía el maestro de la orden), no sabemos cómo será. "Los caminos nos inventan", y nosotros somos desde el principio itinerantes. El dominico del futuro sí tendrá el cromosoma del dominico del pasado, pero aquél era muy distinto.
800 años dan para mucho. No hay muchas instituciones a nivel mundial que hayan sobrevivido tanto tiempo. Con el peso de esa mochila tiene que ser complicado el reto de esa revitalización.
Una gran familia muy extendida, mucha historia, grandes santos y grandes teólogos. Santo Tomás de Aquino, Bartolomé de las Casas, todo ese peso te abruma. Somos enanos en las espaldas de gigantes como decían los antiguos. Pero yo creo que tenemos una ventaja: esa re-lectura histórica que supone cierta espiritualidad histórica, ya la hicimos desde el Concilio Vaticano II, y también viene en nuestra idiosincrasia: ver la historia como maestra de la vida más que como peso a llevar. La idea de que la historia nos tiene que enseñar a afrontar el presente. Lo que nos obliga a enfrentarnos a nuestro presente, que es la mejor enseñanza de la historia. Como lo hicieron los grandes dominicos que he mencionado.

La Iglesia en los últimos tiempos parece que dejó su péndulo en manos de otra serie de asociaciones y de movimientos eclesiales más nuevos, que venían con más fuerza y parecía que arrinconaban a las asociaciones más clásicas. Sin embargo parece que ahora con Francisco la cosa o se centra. ¿Cómo estáis viviendo esto?
Yo pienso que esa visión histórica es muy importante, por ejemplo cuando en la sociedad hay movimientos nuevos. Lo mismo nos pasó a nosotros en el siglo XVIII, entonces los nuevos éramos nosotros. Hubo muchos problemas y muchas luchas porque parecía que veníamos a corregir la página y a quitar del mapa las órdenes antiguas. No, era otra manera. Y lo mismo pasará con los movimientos. Tenemos sitio para todos y cada uno aporta algo. Gracias a Dios la Iglesia, como la vida misma es un ecosistema donde cada especie tiene que vivir con las otras para aportar lo suyo.
El vivir 800 años te da un sentido histórico. La historia no es simplemente presentismo. Viene del pasado y se lanza hacia hacia el futuro haciendo lo posible en el presente. Por lo tanto no es simplemente de llegar y topar. Tiene esa perspectiva. Pero sabe que se tiene que vivir en el presente. Es el presente el hace posible recordar el pasado y el de que la riqueza del pasado viva hoy. Y hace posible el futuro. Además una historia que está dentro de nosotros.
Consideramos la historia de Dios y la historia de la salvación, por tanto, que no nace con nosotros y va mucho más allá de nosotros. Puede ser que los dominicos desaparezcamos, no pasa nada. Lo importante no es que en el siglo XXIII haya dominicos sino que los haya en el siglo XXI. Y el que haya movimientos nuevos no es negativo. Ningún carisma, que es un don del espíritu, ni ninguna persona es superflua en la Iglesia. Y cada uno tiene que vivir su identidad en beneficio de todos.
El carisma es don de Dios para los demás. Es una gracia, aunque parezca una cursilada. No la merece el que la recibe, ni es para él, es para darlo. Entonces, o los dominicos nos dedicamos a predicar la palabra de Dios o no servimos para nada por mucha historia que tengamos.
Y la historia nos sirve no sólo para enorgullecernos de nuestros éxitos, que al fin y al cabo tampoco son nuestros. Un santo, ¿hasta qué punto es de la orden que le ha dado un medio, un ambiente?. Eso ha sido el don de Dios y su responsabilidad personal, todo eso no es transmisible. Además está la cuestión de los errores. Los dominicos hemos tenido también grandes pecados. Quizá no sean los que más gordos parecen, por ejemplo la Inquisición, porque muchas veces no son pecados en el sentido de que la mentalidad del tiempo no permitía otra cosa. Estaban encerrados. Y ha tenido que venir una perspectiva posterior para darnos cuenta de la bestialidad que suponía aquello. Pero junto a eso ha habido grandes pecados de no haber sido fieles, y los tenemos todavía. Y gracias a Dios, porque Cristo vino a salvar a los pecadores, no lo defraudemos. La experiencia de los demás puede servirnos para nuestra propia experiencia.
Hablas de la Orden de los Predicadores, y de la importancia de la predicación. Eso parece una de las obsesiones también del papa Francisco a la hora de hablar con sacerdotes y obispos. ¿Cómo vivís esa llamada de atención? ¿Cómo está la cosa entre los dominicos, sobretodo entre los jóvenes? ¿Son buenos predicadores?
Tendrían que serlo y tienen que formarse para ello, porque eso no es por casualidad. A la hora de hablar de predicadores parece que nos reducimos sólo a hacer de homilías, que es la predicación oficial de la Iglesia. Pero no, Orden de Predicadores es orden de evangelizadores. Nuestras monjas de clausura, (que no hacen homilías) son tan predicadores como nosotros. Nuestras monjas hermanas de vida apostólica y nuestros laicos y seglares son tan de predicadores como nosotros. Nuestra orden no es orden de "hermanos predicadores" sino "orden de predicadores". La predicación la realiza toda la familia dominicana.
El medio principal para la evangelización de Jesucristo es la comunicación. Tenemos que tratarla con cuidado: qué comunicamos, cómo lo comunicamos y con qué medio. Ha sido una de las prioridades del Capítulo. Aparecen nuevos medios como el mundo de internet, de los medios virtuales. No solamente son técnicas para transmitir, suponen lenguajes y modos de pensar.
Modo de ser en la sociedad y de relacionarse.
Y de entender el tiempo y el espacio. Lo noticiable, lo noticioso, lo interesante. Es un inmenso reto. Y saber vocalizar, que es muy importante, porque si no, no te entienden. Hasta tener un buen micrófono, qué decir y cómo decirlo. Saber las nuevas técnicas de nuestro jóvenes y de nuestros mayores.

En Religión Digital tenemos la suerte de contar con algunos dominicos entre nuestros colaboradores: Jesus Espeja, Martín Gelabert, también Solórzano, sor Lucía Caram...¿Cuáles son los retos que planteáis desde la orden en esta Iglesia a la que está llamando el papa Francisco? ¿Cual pensáis que puede ser vuestra función más concreta en este cambio?
Estamos ante un cambio de cultura y por lo tanto es un cambio social, económico y también eclesial y religioso. Que está alumbrando algo nuevo y que no sabemos lo que es y como parto es con dolor. Y muchas veces no sabemos qué elementos van a durar transformados y cuáles son obsoletos y se van a quedar por el camino. Es un periodo interesantísimo de reto, que nos exige honradez.
Intentarlo con honradez. Para nosotros los dominicos esto supone que nuestra función en la iglesia no puede ser simplemente gestionar una serie de parroquias, de colegios y una presencia. Sino ocupar en la Iglesia ese papel que siempre hemos tenido, de ir pensando qué hay más allá de la frontera y de los problemas y las soluciones. Cómo sacarle toda la virtualidad al símbolo de la fe.
Saber que nuestros dogmas no son un punto de llegada, sino de partida. Saber que Dios es mucho más grande que las congregaciones históricas. Que nuestra religión es religión de futuro, del reino de Dios. Es ser un poco Pepito Grillos. Nuestro puesto es estar, como decía Isaías, en las murallas.
Con el riesgo de que te partan la cara más de una vez.
Los de dentro y los de fuera. Pero tendríamos que ser como esos investigadores que están en los laboratorios farmacéuticos. Los que están en primera línea jugando con virus, que te pueden contaminar o encontrar la vacuna. Evidentemente el Ministerio de Sanidad es el que después de mucha experiencia, de ver los efectos colaterales y de ver el efecto positivo que tiene, dictamina que un medio salido de un laboratorio puede ser utilizado. Esa es la función del magisterio.
Nosotros tenemos que ser los que están en la primera línea. Muchas veces seremos acusados de herejes, como le pasó a santo Tomás, y luego resulta que somos santos recomendadísimos. Otras veces seremos santos recomendados y meteremos la pata más de una vez. Es el riesgo de estar siempre en la frontera.
Francisco José Rodríguez Fasio, socio del provincial de la Provincia de Hispania, fraile de los dominicos y fraile de la Orden de los Predicadores, que es un título precioso también para los que nos dedicamos a la comunicación. Muchas gracias por tu presencia en Religión digital y por contarnos esos detalles del camino hacia el futuro. Tiene mucha razón el Maestro cuando dice que los caminos nos inventan, a los dominicos y a la propia sociedad que camina.
Sí porque lo mismo que hay cosas que pueden parecernos limitantes pueden ser también oportunidad, como la edad anciana. Parece limitante y sin embargo es un nuevo campo que se abre de cómo vivir humana y espiritualmente, y cómo predicar desde ahí.
Un placer Paco.