Bach, preludio y fuga BWV 552



¡Feliz domingo! Hoy vamos con otra obra conocida para órgano, salida de las manos del maestro de Leipzig. Seguro que te pondrá algo de luz en este domingo que espero esté yendo genial. Es una de esas composiciones monumentales, a la que incluso se le ha dado cierto contenido teológico. Lo importante en nuestro caso no es esa teología asociada sino la imponente música que vamos a disfrutar. Nada más comiencen a sonar los primeros compases seguro que te suena... y mucho.

Esa obra, como la de todos los domingos, es de Johann Sebastian Bach (1685-1750), maestro alemán nacido en Eisenach. Al maestro le gustaba mucho comer, cosa que se aprecia en los retratos de sus últimos años. También le encantaba fumar tabaco y beber alcohol, por lo que es muy muy posible que desarrollase diabetes. Quizá causado por ella, desarrolló problemas en la vista y el «oculista» John Taylor lo operó por ello dos veces. Padecía, en sus últimos días, de fuertes dolores de cabeza y sufrió apoplejía. Tenía fiebre, causada por el posoperatorio, y parece ser que todo se le complicó con una hipertensión severa que también sufría. Todas estas causas le condujeron a una penosa muerte en 1750, en la ciudad de Leipzig. A pesar de todo, murió mayor que sus contemporáneos, indicando que su naturaleza era fuerte incluso con todos estos padecimientos.

De Bach te propongo disfrutar de su Preludio y fuga en Mi Bemol Mayor, BWV 552. Se le conoce como «Santa Ana» y ello es debido a que el primer sujeto de la fuga es muy similar a un himno de Croft con esa melodía, llamada así (ese himno te lo ofrezco al final para que compares). Sin embargo, no existen evidencias de que Bach conociese la melodía, por lo que parece casualidad. La obra está dominada por el número tres: tres bemoles en la armadura, tres temas en el preludio, tres sujetos en la fuga,... de ahí que se la relacione con la Trinidad. El preludio es grandioso y largo, con 205 compases. Está lleno de alegría y con una fuerza avasalladora. La fuga, triple como he comentado, también está llena de optimismo, con esa bella aparición de los tres sujetos al final en todo un prodigio de contrapunto y armonía, tal y como Bach nos tiene acostumbrados.

La partitura de la obra puedes conseguirla aquí.

La interpretación es de Hans-André Stamm al órgano Trost de Waltershausen en Alemania.

PRELUDIO.


FUGA.


Himno Oh God Our Help in Ages Past (Santa Ana).
Volver arriba