Bach, suite francesa BWV 812

Bach, suite francesa BWV 812

¡Feliz domingo! El número seis era uno de los números preferidos de J. S. Bach. A lo largo de los seis domingos pasados hemos disfrutados de las correspondientes seis suites inglesas. Cambiamos hoy de tipo de suite pero iniciamos un apasionante recorrido por otra colección de seis: sus suites francesas. Luego te explicaré por qué tienen ese nombre pero lo primero que debes saber es que la música es, cómo no, impresionante.

J. S. Bach

Primero, vamos a aprender algo más sobre la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Precisamente en esa localidad pasó Bach los diez primeros años de su vida. Aunque esos años no fueron fácil sí que contribuyeron a que en ellos adquiriese su primer bagaje musical. Nació en una familia de músicos y eso hace mucho. La espaciosa casa familiar estaba siempre llena de ellos, que iban y venían. El apellido Bach abría muchas puertas pero el joven Sebastian solo se podía dedicar a esa edad a formarse y estudiar. Su voz ya destacaba y fue invitado a cantar en el coro de la iglesia de San Jorge, donde fue bautizado. Sin embargo, para nada esos años fueron un camino de rosas ya que perdió a un hermano y una hermana y, cuando tenía solo nueve años perdió a su madre, Maria Elisabeth; unos meses más tarde murió también su padre y, a corta edad, se quedó huérfano. Vio cómo su lugar en Eisenach se estaba descomponiendo y con su hermano Johann Jacob, se mudó a Ohrdruf, lugar donde vivía y era organista su hermano Johann Christoph.

Vamos a escuchar hoy su Suite francesa n.º 1 en re menor, BWV 812. El adjetivo de francesa no fue dado por Bach sino que fue popularizado posteriormente por Forkel. Es posible que las suites inglesas sean de carácter más francés que las francesas. Esta primera es la que tiene un estilo más clásico y empieza con una allemande y recuerda mucho a la música para laúd, con momentos casi improvisados. La courante sí tiene un carácter muy francés y Bach aprovecha para mostrar sus dotes con el contrapunto, aparentemente sencillo pero intrincado. La sarabande tiene un carácter más alemán y se basa más en lo armónico que en lo melódico. Los dos menuets son un ejemplo de ese contrapunto complejo incluso en lo fácil del que Bach es tan especialista. La composición termina con una gigue en compás binario, algo raro en Bach. De nuevo un alarde de complejidad y buen hacer.

La partitura de la suite puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Christophe Rousset al clave.

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