Diálogo de dos ángeles



¡Feliz viernes! Otra semana laboral que se nos va. Espero que haya ido bien y que el fin de semana que tenemos entre manos te permita desconectar y descansar. Hoy empieza diciembre así que démosle la bienvenida con música. En este caso, los dos ángeles van a ser dos instrumentos. La mano que escribió esta pieza no es nada conocida pero aquí estamos para paliar esto y disfrutar de una pieza como la de hoy, sabrosa, intimista, casi que sabe y suena a suspiro, que cautiva nuestros sentidos y nos pide más. ¡Qué maravillosa es la música!

Hoy nos aporta la composición Rebecca Clarke (1886-1979), compositora británica nacida en Londres; su padre era americano y su madre alemana. Por ello Clarke pasó mucho tiempo de su vida en Estados Unidos. Su familia animó a que se dedicase a la música y empezó a estudiar violín. En 1907 estudió en el Royal College of Music siendo la primera alumna de Stanford. Para ganar dinero comenzó una carrera como concertista y fue la primera mujer que se dedicó profesionalmente a la música tocando en un conjunto. Viajó a Estados Unidos para seguir dando conciertos, prodigándose mucho en Hawái y en las colonias británicas. Su fama como compositora también iba creciendo ya que ganaba concursos y sus obras eran interpretadas regularmente. Se estableció definitivamente en Londres y allí siguió formando parte de diversos conjuntos instrumentales, apareciendo en grabaciones y en emisiones de la BBC. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial se mudó a EE. UU. retomando una exitosa carrera como compositora.

Disfrutemos, de Clarke, de su Preludio, Allegro y Pastoral, obra compuesta en 1941 para clarinete y viola, que en origen debían tocar su hermana y su cuñada. Es una composición de interesantes influencias neoclásicas. Clarke nos ofrece todo un caleidoscopio de sonidos. El preludio está lleno anhelos místicos, con unos sonidos que nos envuelven. El allegro central está lleno de alegría y de carácter para dar paso a una pastoral final que nos cautiva con sus encantos y los sonidos casi irreales y de otro mundo. Las líneas melódicas de los instrumentos se entretejen entre sí creando un entramado sugerente y lleno de encanto.

La interpretación es de Patricia McCarty (viola) y Peter Hadcock (clarinete).

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