Dichosas las entrañas

¡Feliz miércoles! ¡Feliz día de la Inmaculada Concepción! Espero que la fiesta del día y la vorágine navideña no haga que este día pase desapercibido. Repasando la lista de lo que ya he publicado y lo que no me he dado cuenta de que la obra de muy, inexplicablemente, no había aparecido nunca. Hoy es el momento.

La música de hoy es de Magister Perotinus Magnus, conocido como Pérotin. Lo poco que sabemos de él es gracias a lo que nos contó el también famoso estudiante de la época hoy conocido como Anonymous IV. Este, al hablar de Pérotin, nos dice que trabajaba en la Escuela de Notre-Dame, de París, uno de los centros culturales más importantes de los siglos XII y XIII, junto con Santiago de Compostela, Winchester o San Marcial de Limoges. Parece ser que Pérotin revisó las obras de Leonin, algo anterior a él, y añadió algunas propias a la famosa colección Magnus liber organi. Las obras de Pérotin son quizá las primeras obras a varias voces escritas en Europa y las obras en discanto también constituyeron los primeros ejemplos de lo que luego se convertiría en polifonía.
Pérotin destaca por esos famosos organa que compuso pero hoy no vamos a escuchar uno. Disfrutaremos de su Beata Viscera Mariae virginis. Se trata de lo que los estudiosos del tema llaman un versus o conductus, es decir, algo interpretado durante una procesión. Este fue compuesto para la Natividad de la Virgen con un texto a escrito por Walther de Châtillon (hay quien dice que es de Felipe el Canciller). La obra es monofónica, es decir, a una sola voz a veces sustentada por notas largas de otra voz. Lo característico es que la melodía está escrita de forma original por Pérotin y no se basa en ningún tipo de canto llano preestablecido. En este caso, la pieza solía interpretarse durante la comunión en la misa para la Virgen. Una maravillosa obra de arte medieval para celebrar este solemne día.
La interpretación es de Contrapunctus Early Music dirigido por David E. A. Acres.