Empezando la semana con un Trío

Eso es lo que te propongo hoy. A pesar de que es día festivo o, mejor, porque es día festivo seguro que puedes sacar tiempo para disfrutar de esta verdadera maravilla que te propongo escuchar hoy. Ese tiempo que dediques no solo va a estar bien empleado sino que aprovecharás para disfrutar y aprender de una obra que es obra de uno de los genios de finales del Romanticismo.

Otra deliciosa anécdota: estando en clase preguntó a sus alumnos quién era Mozart para ellos. Las respuestas fueron de lo más variopintas, desde anodinas hasta otras sacadas de libros de texto. No satisfecho con ninguna, cogió a un alumno del hombro y lo llevó casi a la fuerza hacia la ventana. Con la mano sobre su hombro le hizo mirar a través de ella, preguntándole: "¿Lo ves ahora?". El chico dijo: "Maestro, perdone, pero no veo nada". Dvorák preguntó: "¿No ves el sol?". El alumno dijo que sí lo veía. Entonces, el profesor dijo: "Eso es Mozart: el brillo del sol".
De este enamorado de Mozart te propongo escuchar su Trío en fa menor, op. 65, compuesto en 1886. Está compuesto para el trío clásico, formado por violín, chelo y piano, y no es el trío más conocido del maestro. Sin embargo es una obra poderosa y emocional. Dvorák nos regalaba lo mejor tanto en obras sinfónicas como en estas pequeña joyas camerísticas. En ella, Dvorák decidió "imitar" el estilo alemán de Brahms y le salió una obra intensa y emocionante (el reciente fallecimiento de su madre también dejó huella en los pentagramas). En el movimiento final, Dvorák mira hacia la música popular, en un movimiento lleno de ese estilo exuberante al que nos tiene acostumbrados. ¡Disfruta de la obra!
La interpretación que te propongo es la de Christian Tetzlaff (violín), Marie-Elisabeth Hecker (violonchelo) y Martin Helmchen (piano).