Mozart canta a la Virgen

Mozart todo lo compuso no solo bien sino extraordinariamente. Su música tiene ese sello inconfundible, de forma que cuando uno escucha algo de él dice esto es de Mozart. La de hoy es así desde el primer compás, que además tiene una potencia descomunal. Y tiene que ser así porque es una música optimista y que tiene que producir alegría. Y de diré por qué.
[Nota: con este post suspendo las publicaciones hasta el próximo miércoles 18 de abril; debido a un viaje de trabajo no tendré acceso fácil a una conexión a internet para mis actualizaciones diarias del blog.]

La obra de hoy es el Regina Coeli KV 108. Una razón de por qué esta música tiene que ser alegre puede ser la siguiente. En la Iglesia Católica, se suele llamar antífona mariana a cuatro himnos que se vienen usando desde 1239. De ellos, el que corresponde cantarse en Pascua es el Regina Coeli (concretamente, desde el Sábado Santo al domingo de Pentecostés); en este tiempo se reza a coro y de pie en lugar del ángelus.
No se sabe quién es su autor pero se cuenta que el papa san Gregorio I iba descalzo por Roma en una procesión por él organizada y oyó que los ángeles cantaban los tres primeros versículos de esta antífona. Los franciscanos ya usaban este himnos en el siglo XIII como himno de la hora litúrgica de completas. Por tanto, el Regina Coeli es el canto mariano por excelencia en la pascua.
La música para este himno que compuso Mozart no solo es arrebatadora sino que tiene todo el estilo mozartiano desde los primeros compases, a pesar de que el genio la compuso con 15 años.
Como resultado de su viaje a Italia en el año de composición el maestro redactó este Regina Coeli. Está escrito para flautas, oboes, trompas, trompetas, timbales, cuerdas, soprano solista, coro a cuatro partes y órgano. El exultante Do Mayor inicial da paso a dos secciones para la soprano, volviendo finalmente la orquesta y el coro con el Aleluya final.
El texto de la antífona es el siguiente:
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Alégrate, reina del cielo, aleluya.
Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
Ha resucitado, según predijo; aleluya.
Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
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Aquí tienes esta obra interpretada por Emma Kirkby (soprano), la Academy of Ancient Music y el Westminster Cathedral Boys Choir dirigidos por Christopher Hogwood.