La música de hoy puede calificarse perfectamente de preciosa. No va a ser música de grandes estruendos sino más bien al contrario. También la belleza de la misma se debe a la interpretación, claro está. El maestro que te presento creo que debuta hoy en el blog por lo que vamos a recibirlo con los honores que se merece. Es posible que no lo conozca, pero merece la pena.
Te presento a William Brade (1560-1630), maestro británico del que no se conoce su lugar de nacimiento. Fue tañedor de instrumentos de cuerda y también, evidentemente, compositor. A pesar de su nacimiento inglés, estuvo activo en Alemania y Dinamarca. Con 30 años, siendo un maestro del violín en las islas, las abandonó para ir a estos países. Trabajó en diversas cortes europeas. Terminó sus días en Hamburgo, refugiándose de la Guerra de los Treinta Años, y parece ser que no regresó a su país natal. La gran mayoría de las obras de Brade (cuyo apellido tanto puede pronunciarse como "brade" o como "breid") son movimientos de danzas para distintos instrumento. Es posible que tomase para ello como modelos a Peter Philips o John Dowland. Posteriormente comenzó a adoptar motivos italianos, como las canzonas (que fue el primer compositor británico en componerlas) y luego las inspirada en estilo alemán, como branles o voltas.
Dentro de esas colecciones de música de danza que compuso está la Allmand XVIII que escucharemos hoy. Se trata, claro está, de una alemanda, Es una música tranquila, como corresponde a este tipo de obra que aquí vamos a escuchar interpretadas por laúdes, tiorbas y arpas. Se trata de una danza en estilo binario, muy valorada en la corte, y presente en casi todas la suites de danza de la época. Disfruta de esta bella pieza.
La interpretación es del conjunto Hespèrion XX dirigido por Jordi Savall.