Abilio Martínez señala que "seguimos con un modelo de Iglesia de hace 50 años que cuesta quitar" El nuevo obispo de Ciudad Real advierte sobre la tensión política: "Que no haya polarización social"

Abilio Martínez Varea
Abilio Martínez Varea EFE

“La implicación de laicos en las tareas de la Iglesia va un poco lenta, no solamente en nuestra diócesis [de Osma-Soria], sino a nivel nacional y a nivel europeo. ¿Por qué? Pues porque por un lado, seguimos con un modelo de Iglesia de hace 50 años que cuesta quitar. Y, por otro, también es necesario buscar laicos que se quieran implicar"

Sobre la situación actual en el país, sin querer meterse en ningún charco, Abilio Martínez Varea apela a algo básico, fundamental, pero que no debería darse siempre por sentado. “Lo que veo es que siempre hay apelar a que no haya polarización entre nosotros, en la sociedad"

"Que en las divergencias políticas, que son legítimas y necesarias, nunca lleguemos a polarizarnos entre unos y otros. Las divergencias políticas tienen que estar, pero nunca llegar a una confrontación grave en la sociedad, en la que debemos entendernos”

“La implicación de laicos en las tareas de la Iglesia va un poco lenta, no solamente en nuestra diócesis [de Osma-Soria], sino a nivel nacional y a nivel europeo. ¿Por qué? Pues porque por un lado, seguimos con un modelo de Iglesia de hace 50 años que cuesta quitar. Y, por otro, también es necesario buscar laicos que se quieran implicar”.

Así lo constata en una entrevista ‘de despedida’ en Heraldo-Diario de Soria el obispo electo de Ciudad Real, Abilio Martínez Varea, quien ha pastoreado esa sede castellana durante los últimos ocho años y ahora hace balance en los medios de comunicación locales.

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“Aun así, he de decir que en nuestra diócesis hay bastantes laicos implicados en puestos de responsabilidad”, añade Varea. “Muchísimos delegados, delegados del obispo, episcopales que llamamos, que son laicos que están llevando esa responsabilidad”… “¿Qué es lo que nos falta en este sentido?”, se pregunta así mismo. “Nos faltarían quizá laicos implicados en la evangelización en las zonas”.

 En este sentido, señala que ese “es un proyecto que comenzamos hace tiempo y que va despacio: es hacer lo que llamamos las comunidades parroquiales, la configuración de parroquias unidas con un equipo, donde haya un sacerdote, un religioso o religiosa si es posible, y laicos ya implicados en los territorios. En la experiencia de la visita a Tierras Altas he encontrado fundamentalmente a mujeres muy implicadas, pero tendríamos que hacerlo de forma más estructural, desde la diócesis”.

Preguntado sobre si el nuevo Papa mantendrá el rumbo de su antecesor o espera cambios, Varea reconoce que “en cuanto hay un cambio, se le exige al Papa que al día siguiente ya haya cambiado toda la Iglesia universal”, Sin embargo, prosigue, “los cambios se producen a lo largo de años, no en un mes, ni en un año, sino a lo largo de años”.

"La IA se nos puede ir de las manos"

“La visión del Papa es importante. Como él dijo en el primer discurso que hizo a los cardenales y explicó su nombre, León XIV. «Elijo este nombre porque me preocupa la Doctrina Social de la Iglesia y, sobre todo, una revolución a la que estamos asistiendo a todos los niveles, la Inteligencia Artificial», que está cambiando todo. Cierto es que siempre será necesaria la presencia de la persona, el control de la persona. La cuestión social y la cuestión de la Inteligencia Artificial.”

A este respecto, el obispo electo de Ciudad Real -tomará posesión el próximo 27 de septiembre-  “la idea es que la Inteligencia Artificial es buena, pero no se nos puede ir de las manos. Hay que controlarla, que al final no sea la Inteligencia Artificial la que controla a la persona, sino ésta a la inteligencia artificial. Lo novedoso no es malo en principio. Creo que la inteligencia artificial, si nosotros no perdemos el control sobre ella, puede ser un gran bien para la sociedad y para las personas”.

Sobre la situación actual en el país, sin querer meterse en ningún charco, Abilio Martínez Varea apela a algo básico, fundamental, pero que no debería darse siempre por sentado. “Lo que veo es que siempre hay apelar a que no haya polarización entre nosotros, en la sociedad. Eso es muy importante, que en las divergencias políticas, que son legítimas y necesarias, nunca lleguemos a polarizarnos entre unos y otros. Las divergencias políticas tienen que estar, pero nunca llegar a una confrontación grave en la sociedad, en la que debemos entendernos”.

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