"¿Debería limitarse el sacerdocio a los hombres célibes?", se pregunta el arzobispo de Múnich El cardenal Marx (con pies de plomo) considera que León XIV está abierto a la cuestión del celibato

El cardenal Marx
El cardenal Marx

Con pies de plomo. En una reciente entrevista, el cardenal arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, se refiere, apenas dos meses y medio de su elección como pontífice, a si León XIV estaría abierto a la cuestión del celibato

Apunta a algunas posibilidades, conociendo su trayectoria, pero el purpurado germano tampoco quiere generar demasiadas expectativas, quizás porque sabe muy bien cómo están siendo escrutados todos los movimientos del papa Prevost

“¿Pero debería limitarse el sacerdocio a los hombres célibes? ¿Realmente vemos todas las vocaciones que Dios nos da? ¿O estamos haciendo la vista gorda? La puerta a este debate no está cerrada. No creo que el papa León esté completamente arraigado en sus principios. Tiene una experiencia fundamental, especialmente en Latinoamérica”

Con pies de plomo. En una reciente entrevista, el cardenal arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, se refiere, apenas dos meses y medio de su elección como pontífice, a si León XIV estaría abierto a la cuestión del celibato. Apunta a algunas posibilidades, conociendo su trayectoria, pero el purpurado germano tampoco quiere generar demasiadas expectativas, quizás porque sabe muy bien cómo están siendo escrutados todos los movimientos del papa Prevost.

Así que, en primera instancia, a la hora de responder, Marx indica que, “en primer lugar, se trata de evaluar positivamente y proteger el celibato como forma de vida”, declaró en una entrevista con “Münchner Merkur” y el “tz”, recogidas por el portal Katholisch. Aunque luego vinieron las interrogaciones, que dejó flotando en el aire.

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¿Pero debería limitarse el sacerdocio a los hombres célibes? ¿Realmente vemos todas las vocaciones que Dios nos da? ¿O estamos haciendo la vista gorda? La puerta a este debate no está cerrada. No creo que el papa León esté completamente arraigado en sus principios. Tiene una experiencia fundamental, especialmente en Latinoamérica”, responde Marx, uno de los obispos más avanzados del Episcopado teutón.

También se aprecia un cierto freno en las expectativas que el cardenal Marx mantiene con respecto a la implementación de las reformas puestas en marcha por el llamado Camino Sinodal alemán, que, por su aperturismo, se convirtió en un verdadero dolor de cabeza en los últimos años del pontificado del recordado Francisco, que puso a un trío de cardenales de primer nivel como eran Parolin, Ladaria y Ouellet a marcarles las directrices antes de que esa novedosa iniciativa en la que participan obispos, consagrados y laicos pudiese degenerar en cisma.

Los ritmos del Camino Sinodal

En este sentido, el cardenal de Múnich cree que León XIV puede estar abierto a que se permitan distintos ritmos en las Iglesias a la hora de implementar las reformas que están en marcha. “Creo que está abierto a ello por ahora. Hay muchas expectativas. Algunos en Alemania piensan que introduciríamos una especie de asamblea eclesiástica, como un parlamento o una democracia. Otros preferirían volver al pasado y olvidarse por completo del Camino Sinodal. No veo que ninguna de las dos cosas suceda. Tenemos una estructura de la Iglesia en la que los obispos tienen una responsabilidad especial. Eso no se abolirá”, señala.

Obispo, laicos y religiosos, juntos en el Camino Sinodal
Obispo, laicos y religiosos, juntos en el Camino Sinodal BIstum Essen

Sin embargo, él mismo pone ahora sus límites, quizás de una forma más clara que hace unos meses: “Pero necesitamos más sinodalidad, es decir, la inclusión de todos al servicio de la Iglesia. Queda por ver cómo podemos organizar esto”, indica,

“Veo que en Múnich vamos por buen camino. Si, como arzobispo, no identifico ningún problema grave en cuestiones teológicas y pastorales, estoy dispuesto a seguir una recomendación aprobada por nuestro órgano sinodal con una mayoría de dos tercios. Lo que Roma preferiría no tener —y también soy escéptico al respecto— es un órgano nacional que nos dicte a mí, como obispo, y a nosotros en la archidiócesis, lo que debemos hacer”, señala, en alusión a la creación del llamado Consejo Sinodal, que fue rechazado tajantemente por el Vaticano por entender que se trata de un órgano que tendría una potestad deliberativa por encima de la de los pastores.

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