Proclama mi alma la grandeza del Señor

¡Feliz sábado! Hoy es el último sábado del Adviento y para el día de hoy te propongo saborear una música impresionante, llena de profundidad y casi diría que de misterio; y todo esto siendo de contenido mariano. Pero es que el compositor de hoy solo sabía hacer las cosas a lo grande y a lo magnífico porque así solo podemos calificar esta composición. Pero voy dejando ya mis palabras vacías y voy dando paso a la música. Que no puede ser más bella para estos días.

Hoy, sin embargo, no te traigo música para piano. Se trata de su Magníficat, que forma parte de sus Vísperas, op. 37. Tiene textos tomados de la Divina Liturgia y fue compuesta en 1915. Curiosamente, a pesar de tanta música como compuso el maestro, esta colección era una de sus obras preferidas. La parte que escuchamos hoy está muy influida por el canto ortodoxo ruso y está tomada de los maitines. Verdaderamente vemos cómo el canto es de lo más virtuoso pero siempre está al servicio de su función litúrgica. A pesar de la influencia ortodoxa, la composición se basa en un canto propio de Rachmaninov que él llamó «falsificación consciente del ritual». Sin embargo, no podemos dejar de asombrarnos por la profundidad y belleza del canto litúrgico del ruso.
La partitura de la obra puedes descargarla aquí.
La interpretación es del Coro de Cámara del Ministerio de Cultura de la USSR dirigido por Valeri Polyansky.