¡Qué bella eres, amiga mía!

¡Feliz sábado! ¿Qué, cómo se presenta este primer fin de semana de diciembre? Espero que los disfrutes a tope y que descanses. Si me permites mi intromisión en él, quiero traerte una bellísima música. Y nos va a venir de la mano de un maestro de esos que algunos de nuestros monarcas le echaron el ojo por su valía y no lo dejó escapar. En otras épocas, la música era muchísimo más importante de lo que es ahora. En cualquier caso, su música es celestial. ¿Te apetece?

El motete mariano que te traigo hoy es su Quam pulchra es, compuesto a cuatro voces y usa un conocido texto del Cantar de los Cantares. Las voces toman el motivo inicial de la voz aguda pero en general hay poca imitación. Este motete parece que está construido a partir de pequeños motivos iniciales que dan lugar a las entradas de las otras voces, aunque siempre con alguna sutil variación. En su composición, Gombert muestra una alegría contenida, exuberante, pero no hasta los extremos de otros compositores y sin abandonar el rigor tan característico de las piezas de la polifonía franco-flamenca.
La partitura de la pieza puedes conseguirla aquí (página 76).
La interpretación es del conjunto The Hilliard Ensemble.