Un concierto para violín que merece ser conocido



Reconozco que no traigo aquí mucha música compuesta por mujeres. La primera razón es por mi culpa y mi falta de eficacia a este respecto y la segunda es porque, la verdad sea dicha, las mujeres compositoras son menos conocidas que los hombre. La obra de hoy te va a sorprender por su lirismo y por su intenso sabor romántica a pesar de ser muy contemporánea a nosotros.

Te presento a una debutante en este humilde blog. Se trata de Ellen Taaffe Zwiliich (1939), compositora estadounidense nacida en Miami. Comenzó estudiando en Florida y luego en Nueva York. No solo se dedicó a la composición sino también al violín, de la que es una consumada intérprete. Tocó en la Orquesta Sinfónica Americana y luego estuvo en la prestigiosa Juilliard School, donde estudió con Elliott Carter y Roger Sessions. En 1975 consiguió el doctorado en composición, siendo la primera mujer en Estados Unidos en hacerlo. Una de sus obras, la "Sinfonía nº 1", ha sido tan conocida que ha ganado el Premio Pulitzer. Evidentemente su estilo es muy personal pero se ha decantado por lo tonal, usando materiales convencionales y mezclando con ellos el neoclasicismo y el neorromanticismo, lo que le ha permitido en particular conectar con la audiencia estadounidense.

De Zwilich te traigo su Concierto para violín. Fue compuesto en 1998. Dice la compositora: "Para mí el alma del violín brilla a lo largo de todo el repertorio a que ha dado lugar, revelando su naturaleza tanto sensual como intelectual. Mientras el tremendo atletismo del violín puede ensombrecer a veces su naturaleza más profunda, el instrumento ha demostrado ser capaz de expresar los aspectos más profundos de la música. Esto es lo que me llevó, de joven, a tocar el violín". Para ella, "es importante que la orqueste juegue un papel crucial en el diálogo, pero también quiero que el violín sea libre de expresarse en su rango mezzo piano. Así, alcanzar un buen balance musical que sea a la vez rico es algo imprescindible a la hora componer un concierto para violín. El New York Times lo calificó de "cálido y lírico, un canto de amor para el violín". Y de ese canto de amor es de lo que vamos a disfrutar hoy.

La interpretación es de Pamela Frank (violín) y la Orquesta de la Radio de Saarbrücken dirigida por Michael Stern.

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