No es que sea el mío particular (que también) sino que, como suele ser habitual en mí, es el título de la obra que te traigo; en este caso, aproximadamente. Hoy viene un maestro fundamental en el desarrollo de la polifonía continental europea. Su música, siempre austera, encanta por su belleza y su emoción, que la tiene, y mucha.

El maestro que nos acompaña hoy es Pierre de la Rue (c1452-1518), maestro franco-flamenco que es posible que naciera en Tournai. Fue uno de los compositores más importantes de finales del siglo XV, que destacó tanto por su obra sacra como por la profana. Precisamente, con nombres como Brumel, Agricola, Compère u Obrecht forma el grupo de los grandes nombres de la polifonía franco-flamenca. Pierre de la Rue se ha asociado a la capilla borgoñona de los Habsburgo. Precisamente en la Grande Chapelle de esta corte entró de la Rue cuando era un maestro ya consagrado ocupando un lugar donde también había florecido maestros como Guillaume Dufay o Antonine Busnois. Tuvo dos años de ínterin en los que estuvo al servicio de la reina Juana la Loca. Era, como puedes ver un maestro cotizado y fundamental en la Europa de su tiempo.

Hoy te traigo, de De la Rue, su chanson Mijn hert altijt heeft verlanghen, a 4 voces, que puede traducirse como "Mi corazón siempre desea". Durante cierto tiempo fue atribuida a Jacob Obrecht pero se ha probado que es auténticamente suya. Es una obra que para el propio constituyó un modelo de obra y que inspiró para otros maestros misas y motetes. Está basada en una melodía que también usó Cornelius Rigo. Tiene una estructura simétrica en ABA en la que De la Rue mezcla ritmo binario con ternario. Construye así el maestro una obra compleja pero con esa belleza que proporciona la polifonía que, aunque en una obra profana, es capaz de emocionarnos también en ese tipo de bellas composiciones.

La partitura de esta obra puedes seguirla aquí.

La interpretación es la del conjunto Capella Nova.