Los magos del piano



¡Feliz miércoles! ¡Ya estamos a mitad de semana! ¡Espero que la estés disfrutando! En el título hago referencia a magos en plural. No es que la obra de hoy la compusiesen dos compositores, no. Lo que ocurre es que muchas veces la calidad de una obra también va unida a la interpretación de la misma. La música queda escrita y ya ahí se nota la mano maestra pero cuando se interpreta es cuando llega a nuestros oídos. Aquí es necesaria más sabiduría para hacer honor al compositor.

Hoy viene a visitarnos Franz Schubert (1797-1828), compositor austríaco nacido y muerto en Viena. Su vida fue corta ya que cuando murió no tenía 32 años pero tuvo un trabajo muy prolífico. Era tan genial que casi todo género que tocó lo convirtió en oro ya que compuso obras maestras. Durante su vida se estuvo siempre peleando con las dificultades económicas ya que se publicó sus propias obras, gracias a sus esfuerzos y al de unos pocos amigos que siempre le estaban prestando dinero. No consiguió ningún editor importante porque lo consideraban un desconocido y producía unas armonías poco comunes, así que nadie se quería arriesgar. Ni siquiera entre el público sus obras eran bien acogidas, y muchos lo rechazaron como inmaduro y algo presuntuoso. Antes de morir (de sífilis), dio instrucciones para ser enterrado al lado de Beethoven, compositor a quien reverenciaba y que había alabado su propia música, tras haber escuchado una selección de canciones de Schubert.

Entre esas obras maestras que produjo están las sonatas para piano. Hoy te ofrezco la Sonata para piano n.º 13 en La Mayor D. 664. Fue publicada póstumamente en 1829 y se ha venido a datar en 1819. Está emparentada (por tonalidad y ambiente general) con el «Quinteto La Trucha». El famoso estilo «cantbile» del maestro se pone aquí especialmente de manifiesto, que casi de principio a final compone una sonata en forma de canción. Todos lo movimientos destacan por sus inmortales motivos, lleno de profundidad y sabiduría. Es posible que la obra fuese compuesta para la pianista Josefine von Koller, que Schubert conoció en su visita a Steyr.

Los movimientos son:

1. Allegro moderato
2. Andante
3. Allegro

La partitura de esta sonata puedes conseguirla aquí.

La interpretación es del otro mago que nos falta para el día de hoy: Sviatoslav Richter al piano.

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