Una oración muy especial



¡Feliz viernes! Para ir terminando esta semana labora hoy, día de san Juan de la Cruz, te traigo una música llena de profundidad como la poesía de este hombre, aunque no guarda ningún tipo de relación con él. A veces, para la oración, como para otras muchas cosas, sobran las palabras, ¿verdad? En la composición de hoy no las hay pero tampoco hace falta ya que los medios que usa el compositor son suficientes para que le salga esta obra bella donde las haya



Es de Ernest Bloch (1880-1959), compositor estadounidense de nacimiento suizo en Ginebra. Su voz no fue pionera en el panorama de la composición y fue un maestro muy individual pero creó unas composiciones de muy alta calidad y llenas de emoción. Poco a poco su música se hizo más apreciada hasta que en 1910 pudo estrenar una ópera. Comenzó también a mostrar elementos judíos en ella, así como características orientales. En 1916 viajó a Estados Unidos como director y terminó quedándose allí haciéndose ciudadano americano en 1924. Después regresó a su Suiza natal y viajó ampliamente por Europa pero el nazismo le hizo volver a EE. UU. Fue nombrado profesor de la Universidad de California en Berkeley. Allí tuvo muchos discípulos y maestros que decidieron ir a aprender de su arte, como George Antheil, Leon Kirchner y Roger Sessions.

Disfrutemos hoy de una obra suya titulada Oración, composición para chelo y piano compuesta en 1924. Pertenece a una colección de tres titulada «De la vida judía», dedicada al chelista de la Filarmónica de Nuevaa York Hans Kindler. En esta obra nos encontramos con el estilo más puro y característico de Bloch, con esa voz judía que tanto nos maravilla. Sus melodías son declamatorias, poniendo un especial énfasis en los intervalos (sobre todo los de segunda aumentada). En la armonía vemos un claro impresionismo bello y espectacular a la vez. Esta oración está marcada «Andante moderato» y está llena tanto de introspección como de tristeza, de una expresividad poderosa que suena a la vez arcaica y atemporal. En fin, una delicia.

La interpretación es de Sol Gabetta (piano) y Andreas Kern (piano).

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