¿Te podré olvidar?



¡Feliz miércoles! Esa pregunta va a estar sobrevolando la música de hoy, que es de una belleza increíble. Si miras el tema al que he ubicado esta obra verás que es el Clasicismo. Si te pidiese un nombre de un compositor de esta época, ¿cuál me dirías? Pues seguro que aciertas para el compositor de hoy. Es el mas grande, el inconmensurable, aquel cuya música siempre nos maravilla y siempre nos sabe a poco. ¿Lo adivinas?

Efectivamente, es Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), maestro austríaco entre maestros nacido en Salzburgo. La obra que te traigo hoy es de temática amorosa y he de decirte que Mozart tuvo dos amores: la música y su esposa Constanza, de apellido de soltera Weber. Se casaron cuando él tenía 26 años y ella 20. Puede decirse que formaban un matrimonio perfecto. Evidentemente había signos de tensión entre ellos pero se adoraban mutuamente y ambos se cuidaban en su enfermedad. En la década de 1780 ella casi estaba enferma siempre de ahí que es muy probable que él la protegiese de sus continuas crisis financieras. En sus cartas queda constancia de cómo ella se encargaba de la casa mientras él no estaba y a la vez de cuánto Mozart la echaba de menos. En fin, quizá sea esta una faceta de Mozart poco conocida por el público pero podemos decir que en el salzburgués habitaba un alma enamorada.

En 1786 compuso su aria de concierto Ch'io mi scordi di te?... Non temer, amato bene, K. 505, que está considerada como una de las obras maestras en el género. La dedicataria de esta pieza era Nancy Storace, que cantó el papel de Susana (de "Las bodas") en su estreno. La obra contiene una parte obligada para piano, sin duda interpretada por el propio Mozart en su estreno. Marcó la obra como rondó, algo favorito en la época, pero el maestro se las apaña para ofrecernos una cascada de sonidos gloriosos. Continuas modulaciones crean todo un ambiente en esta pieza que también está plagada de cambios de ritmo, con lo que cuando la estamos escuchando asistimos a una obra que es toda una obra maestra. El texto es de Giambattista Varesco.

La partitura de la pieza puedes descargarla aquí.

La interpretación es de Cecilia Bartoli (soprano), András Schiff (piano) y la Orquesta de Cámara de Viena dirigida por György Fischer.

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