"La resistencia proviene de quienes ven la sinodalidad desde fuera", dice la subsecretaria del Sínodo Nathalie Becquart: “América Latina se encuentra a la vanguardia de la sinodalidad”

“Varias regiones destacan por su implementación particularmente dinámica. América Latina, con el proceso del CELAM para la recepción del Concilio Vaticano II, se encuentra en muchos aspectos a la vanguardia de la sinodalidad”,

“Hay muchas maneras de ser Iglesia, y no debe imponerse un único modelo de vida eclesial. Hacemos hincapié en la Iglesia local, pero al mismo tiempo subrayamos la importancia de fortalecer el diálogo entre las Iglesias locales, a nivel de provincias eclesiásticas, conferencias episcopales y a nivel continental”,

En plena fase de implementación del Sínodo, con la hoja de ruta perfectamente marcada primero por Francisco y ahora por León XIV hasta 2028, es fácilmente rastreable la ilusión que este movimiento participativo ha generado en la Iglesia universal. Y en ese ranking, América Latina parece ir marcando el paso, según se desprende de las declaraciones efectuadas por Nathalie Becquart al portal Katholisch.

“Varias regiones destacan por su implementación particularmente dinámica. América Latina, con el proceso del CELAM para la recepción del Concilio Vaticano II, se encuentra en muchos aspectos a la vanguardia de la sinodalidad”, afirma la subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo, quien apunta también que el continente asiático “ha establecido con entusiasmo una comisión para la sinodalidad”.

Creemos. Crecemos. Contigo

Pero junto a estos continentes ‘adelantados’, la religiosa observa igualmente las retiencias de otros. “La mayor parte de la resistencia y el temor provienen de quienes ven la sinodalidad desde fuera. Cuando tienen la oportunidad de experimentarla y ver sus frutos, cambian. Por eso debemos permitir que se expresen y reconozcan los temores, y abrir espacios para experiencias genuinas de escucha, diálogo y discernimiento compartido”, añade.

En este sentido, recuerda que el propio papa León XIV abordó directamente el tema de la resistencia al proceso sinodal, en particular la preocupación de algunos de que se tratara de un intento de debilitar la autoridad de los obispos. “Invitó especialmente a los sacerdotes —incluso más que a los obispos— a abrir sus corazones y participar en estos procesos, señalando que la resistencia a menudo provenía del miedo y la falta de conocimiento”, subraya quien es una de las mujeres con más influencia en el Vaticano.

León XIV, Luis Marín y Nathalie Becquart
León XIV, Luis Marín y Nathalie Becquart

Para ir limando esas reticencias, pero también para ir alentando la participación de quienes quieren ir acompasados, el documento para la fase de implementación invita a ir adoptando prácticas sinodales, a modo de pequeños ‘experimentos’ y, como sostiene Bequart, “el mejor enfoque es contar con equipos sinodales a nivel diocesano o parroquial que trabajen de forma creativa con el obispo o el párroco, utilizando las directrices del documento final, para diferenciar prioridades y pasos concretos”.

“Esto -añade- podría significar, por ejemplo, introducir el diálogo espiritual en el consejo parroquial, organizar asambleas parroquiales sinodales, establecer una conferencia pastoral diocesana, involucrar a más laicos —especialmente jóvenes y mujeres— en roles de liderazgo, capacitar a seminaristas y sacerdotes en liderazgo sinodal, etc.”.

"Muchas maneras de ser Iglesia"

Obviamente, en el Vaticano, con el Papa a la cabeza, se es muy consciente de que este proceso sinodal puesto en marcha por el papa Francisco exige ritmos distintos, ateniendo a la cultura y tradiciones en las que se encarnan las Iglesias.

Nathalie Becquart
Nathalie Becquart

“Hay muchas maneras de ser Iglesia, y no debe imponerse un único modelo de vida eclesial. Hacemos hincapié en la Iglesia local, pero al mismo tiempo subrayamos la importancia de fortalecer el diálogo entre las Iglesias locales, a nivel de provincias eclesiásticas, conferencias episcopales y a nivel continental”, señala al respecto la subsecretaria.

Este asunto es evidente, por ejemplo, en el tema del diaconado permanente, que no acaba de ser plenamente entendido en algunos lugares. “Esto demuestra que existe una legítima diversidad en la Iglesia, según el contexto. Este diaconado permanente fue restaurado en el Concilio Vaticano II, pero la decisión de implementarlo recayó en las conferencias episcopales y en cada obispo. Por eso, la mayoría de los diáconos permanentes se encuentran en Europa y Norteamérica, solo unos pocos en Latinoamérica y casi ninguno en Asia y África; y esto no representa ningún problema. Probablemente veremos incluso una mayor diversidad de ministerios, en función de las necesidades locales”, afirma.

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