(Peio Sánchez).- Basada en el entrañable libro "Oscar y Mamie Rose", el mismo autor, Eric-Emmanuel Schmitt, vuelve nuevamente a dirigir cine, en este caso con la historia de un niño de diez años herido de resurrección. Contada con emoción, hondura, humor y desbordante creatividad esta aventura nos habla de forma tan desnuda y profunda de Dios que terminamos por esperar en Él.
El director-autor es un escritor francés especialmente significativo por su itinerario espiritual. Como suele decir "soy un escritor de esperanza en un mundo desesperado". Sus obras tanto de teatro, El visitante o Milarepa, como en sus novelas, El evangelio según Pilatos o El hijo de Noé, resaltan como la búsqueda religiosa de los seres humanos que se convierte en una fuerte motivación para vivir.
En 1998 tuvo una experiencia mayor durante una expedición en el Sahara, allí se siente atraído por la vida de Jesús y las experiencias orantes de Dios. De ella surge la serie sobre el Invisible con Milarepa, dedicada al mundo del budismo junto con El sumo que no podía engordar, además de El señor Ibrahim y las flores del Corán que tiene como protagonistas a un abuelo musulmán y un adolescente judío, y de forma más explícitamente cristiana la obra que nos ocupa.
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