La libertad del Espíritu libera del fanatismo. Preces de los Fieles (D. 4º TO B 01.02.2015
La Iglesia, nosotros, hemos surgido de la Palabra viva, que es Jesús de Nazaret.
Él nos ha tocado el corazón, nos ha hecho crecer en amor, en libertad, en alegría, en tolerancia...
Jesús se ha convertido para nosotros en la verdadera “autoridad”, que desde dentro nos hace crecer, ser nosotros mismos, más auténticos, más comprensivos, más liberales, más buena gente.
Pidamos que su Espíritu viva más en nosotros diciendo: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por la Iglesia:
- que el Evangelio que predica vaya acompañado de obras de amor;
- que su autoridad sea la de Jesús: el amor sin violencia, sin dinero, sin imposición.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por las asambleas cristianas:
- que pueda hablar cualquiera, ya que “el Espíritu sopla donde quiere” (Jn 3,8);
- que estén abiertas a la verdad y al bien, venga de donde venga.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por nuestra ciudad, pueblo, aldea:
- que tengamos conciencia solidaria en todos los aspectos;
- que colaboremos equitativamente al bien común.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por los enfermos de toda clase: físicos, psíquicos, sociales...:
- que acepten sus limitaciones y trabajen por superarlas;
- que nos les abandonemos ni les hundamos en la marginación.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por el mundo del trabajo:
- que los trabajadores no sean mercancia, sujeta a la ley de oferta y demanda;
- que los salarios sean suficientes y equilibrados.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por esta celebración:
- que nos ayude a crecer interiormente sintiéndonos hijos de Dios;
- que la comunión con Jesús nos haga fuertes en su amor.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Dios, Padre de todos, revístenos con la autoridad que tenía tu Hijo, Jesús de Nazaret.
Autoridad que era su Espíritu, Espíritu de amor, de verdad, de paz, de justicia, de libertad,
de vida para todos. El Espíritu que vive siempre con nosotros, por los siglos de los siglos.
Amén.
Rufo González
Él nos ha tocado el corazón, nos ha hecho crecer en amor, en libertad, en alegría, en tolerancia...
Jesús se ha convertido para nosotros en la verdadera “autoridad”, que desde dentro nos hace crecer, ser nosotros mismos, más auténticos, más comprensivos, más liberales, más buena gente.
Pidamos que su Espíritu viva más en nosotros diciendo: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por la Iglesia:
- que el Evangelio que predica vaya acompañado de obras de amor;
- que su autoridad sea la de Jesús: el amor sin violencia, sin dinero, sin imposición.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por las asambleas cristianas:
- que pueda hablar cualquiera, ya que “el Espíritu sopla donde quiere” (Jn 3,8);
- que estén abiertas a la verdad y al bien, venga de donde venga.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por nuestra ciudad, pueblo, aldea:
- que tengamos conciencia solidaria en todos los aspectos;
- que colaboremos equitativamente al bien común.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por los enfermos de toda clase: físicos, psíquicos, sociales...:
- que acepten sus limitaciones y trabajen por superarlas;
- que nos les abandonemos ni les hundamos en la marginación.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por el mundo del trabajo:
- que los trabajadores no sean mercancia, sujeta a la ley de oferta y demanda;
- que los salarios sean suficientes y equilibrados.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Por esta celebración:
- que nos ayude a crecer interiormente sintiéndonos hijos de Dios;
- que la comunión con Jesús nos haga fuertes en su amor.
Roguemos al Señor: ¡Ven, Espíritu de amor!
Dios, Padre de todos, revístenos con la autoridad que tenía tu Hijo, Jesús de Nazaret.
Autoridad que era su Espíritu, Espíritu de amor, de verdad, de paz, de justicia, de libertad,
de vida para todos. El Espíritu que vive siempre con nosotros, por los siglos de los siglos.
Amén.
Rufo González