La Iglesia, como Jesús, anuncia e invita a vivir el Reinado de Dios, el modo de vida que vivió Jesús, el modo de vida que realiza y trae la dicha humana. Expresemos nuestro deseo del Reino diciendo: “venga a nosostros tu Reino”.
Por la Iglesia universal:
- que respete y extienda también los derechos humanos;
- que mire la vida de Jesús e intente imitarle.
Roguemos al Señor: “venga a nosostros tu Reino”.
Por nuestras comunidades:
- que oremos sin descanso por la llegada del Reino;
- que “santifiquemos el nombre” del Padre-Madre cuidando a los hermanos.
Roguemos al Señor: “venga a nosostros tu Reino”.
Por los catequistas:
- que sean testigos convincentes del amor de Jesús;
- que sean humildes servidores del Evangelio.
Roguemos al Señor: “venga a nosostros tu Reino”.
Por los más débiles (enfermos, parados...):
- que tengan el Espíritu de Jesús;
- que compartan su esfuerzo, su voluntad, su ayuda..., con todos.
Roguemos al Señor: “venga a nosostros tu Reino”.
Por el trabajo de todos:
- que seamos responsables y rindamos en nuestro trabajo;
- que nos respetemos y ayudemos a vivir honradamente.
Roguemos al Señor: “venga a nosostros tu Reino”.
Por esta celebración:
- que nos una a Jesús, trabajador del Reino de la paz yla alegría;
- que nos reavive la fraternidad que “honra al Padre”.
Roguemos al Señor: “venga a nosostros tu Reino”.
Queremos, Señor, construir la fraternidad que “honra al Padre”, hace “reinar su justicia” de vida para todos y realiza su “voluntad de amor” en toda situación. Como el Hijo, Jesús de Nazaret, que vive por los siglos de los siglos.