Críticas protestantes al Papa Juan XXIII.

Hay gente que solo emana rencores hacia el catolicismo, y entre los evangélicos españoles hay mucho de eso. Parece que los evangélicos del resto de Europa la cosa es diferente y los rencores más propios de la guerra de los 30 años parecen ya enterrados.

El tal Juan Antonio Monroy, escritor-conferenciante protestante y estrella (¿como no?) de la rencorosa Alianza Evangélica, hace duras críticas de un Papa que intento acercarse a los protestantes y a los que abrió el Vaticano. Se trata del Papa Juan XXIII.

Juan XXIII fue un hombre que en vida procuró llevarse muy bien con todo el mundo, y eso le costó más mil problemas. Si, ese Papa financió hasta con dinero la reconstrucción de un templo ortodoxo cuando fue nuncio en Bulgaria, y ese mismo Papa no tuvo ningún reparo en sonreír, dialogar y hasta charlar con socialistas y comunistas en aquellos días en que la Iglesia los excomulgaba con bulas. Y ese mismo Papa, siendo nuncio en Turquía ayudó a huir a montones de judíos falsificando actas de bautismo.

Pues creo que ese Papa en cuestión ecuménica merece un grandísimo y debido respeto. El señor Monroy se cree muy listo, pero se le nota muy bien en montones de artículos los rencores hacia el catolicismo.

Y sobre su querido Martín Lutero, ni los protestantes de hoy siguen al pié de la letra algunas de sus indicaciones y doctrinas, y eso que lo veneran. Lutero dejó numerosos escritos contra los judíos, y de ecuménico tuvo tan poco como aquellos que lo condenaron.

Pues un gran respeto por Juan XXII, incluso por Benedicto XVI o por Juan Pablo II, en el ecumenismo han sido y han intentado dar lo mejor que sabían, y han tenido muchos y numerosos gestos. Claro que tal vez algún desacierto. Y respecto a la unidad, los protestantes no pueden presumir de estar unidos, todo lo contrario, están muy divididos.
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