Protesto contra Izquierda Unida, y mi opinión respecto de los martires.

En Izquierda Unida, muy dados a decir tonterías varios de sus dirigentes, he leído un comentario patético en que se dice que los mártires apoyaron o estuvieron del lado de los nacionales. Pues a mi la cosa no me cuadra, porque unas monjas de clausura, unos seminaristas jóvenes, unos curas minúsculos pueblos, etc, muchos imposiblemente ligados a alzamientos militares, fueron asesinados por el simple de hecho de haber asociado esa rancia izquierda republicana a los religiosos con la rancia derecha republicana. Pues muchos estoy seguro, que apenas les llegó sus vidas como para meterse en política, y más en unos tiempos en que lo mejor era no declararte ni de izquierdas ni de derechas, porque luego venían algunos impresentables a amenazarte.
Mi bisabuelo era de derechas, no permitió que mi abuela se fuera jamás ni a las excursioncitas de las juventudes de la derecha o de la izquierda. El pobre hombre por evitar la política ni votaba temiendo que alguien supiera su voto. Cuando le preguntaban que cual era su partido respondía: “del primero que me regale un guarro para la matanza”. Gracias a eso su familia, más incluso primos y hermanos, salvaron su vida en el pueblo gracias a la neutralidad familiar. Cuando estalló la guerra la izquierda masacró a los que en el pueblo se sabían eran de derechas, los cuales o murieron o huyeron. Cuando entraron los nacionales en el pueblo, se cobraron la venganza persiguiendo hasta la más inocente personas de la izquierda. Así fue la guerra que vivió mi abuela, y por poco fusilan los rojos a un tío solo por haber estado en la guardia civil.
Pues pienso que por lo contado por mi abuela de lo que fueron aquellos tiempos, dudo que muchos hubiesen apoyado a Franco si la izquierda no los hubiese asesinado. Que algún mártir tal vez fuese muy derechas o tal vez hasta simpatizase con un levantamiento militar, tal vez pueda ser que haya alguno. Pero la inmensa mayoría no eran así, si como digo muchos eran simples jóvenes seminaristas, religiosos de clausura, y curas que temerían más por su vida si estallaba una guerra.
Quiero dejar claro que no estoy de acuerdo con una beatificación masiva como la de ayer. Prefiero que sea realizada por partes. Tampoco estoy de acuerdo en como se han llevado las causas de beatificación, pues también ha habido religiosos y hasta obispos que murieron o se exiliaron o los encerraron con Franco al acabar la guerra o durante la misma. Seguro alguno alegará que los mataron o encerraron por ser nacionalistas o republicanos, pues los mataron por ser sacerdotes y no estar de acuerdo con ese golpe militar o las crueldades revanchistas del mismo.
Si se ha beatificado a unos si a otros no es por una razón muy sencilla (que así es como funcionan el 99,9% de los procesos de canonización y beatificación) es porque tenían gente que apoyó su causa de beatificación. Si muchos fundadores de órdenes y congregaciones religiosas son beatos y santos es porque así lo han promovido sus religiosos. Y a estos curas, religiosos y laicos ha sido porque a partir de 1939 los obispos promovieron su recuerdo, apertura e investigación necesaria para llevarlos a la beatificación. O cuentas con una organización, diócesis o movimiento que te respalde, o no alcanzas los altares. Pues unos no han contado con eso, tal vez de ellos no se pueda jamás saber nada más.
Estas beatificaciones no es un acto que se le ocurrió a un obispo malicioso en un despacho. Es el trabajo de muchos años y años de estudiar y promover la causa, aunque hay que decirlo que sin ninguna veneración popular. Lo cierto es que parece haber sido la Conferencia Episcopal Española la firme impulsora de hacer de un golpe este reconocimiento, y estaría por ver si con intención de oponer este acto a la pésima ley, sesgada ley, crispante ley (y demás descalificativos) de la memoria histórica.
Tal vez se queden la mayoría en simples beatos, lo lógico es canonizar a un mártir y hacerle santo, sin embargo se ha optado por un reconocimiento en el fondo más discreto y hasta más prudente, el cual no es de infalibilidad papal. Benedicto XVI opta por no presidir las ceremonias de beatificación para dejarlas en su lugar, y esta es más un reconocimiento a las victimas asesinadas a las que se reconoce su lugar en el cielo.
Pues pienso que no hay motivos para conceder una beatificación a otros sacerdotes y laicos ajusticiados por los nacionales. Pero lo veo muy difícil. La dificultad estriba en que carecen del respaldo episcopal, de un decidido impulso de sus familiares, de una petición popular, y con mucha gente que les conoció ya fallecida o dispersada tras la victoria de los nacionales. En definitiva su causa es bien difícil, y porque los recuerde Arzalluz a algunos de ellos, más que hacer un favor, les hace justo el contrario.