Respuesta al que no debe ser nombrado por lo de los insultos episcopales.

Cierto personaje que no puede ser nombrado, ha tenido a bien citarme como si yo fuera actualidad de algo. Me tiene bastante manía, y reconozco que lo nuestro res mutuo. No congenio bien con personas cuyo corazón hace mucho que se les paró o se lo quitaron. En cualquier caso, la podredumbre de dicho sujeto no me amedrenta.

Pues si, ha habido muchos insultos episcopales. Y voy a ofrecer por aquí algunos:

¿Quién dijo que los gays son hijos de borrachos? Pues José Catalá, obispo de Málaga y que entonces lo era de Alcalá. Ya me dirán si no es para ofenderse que a un gay le digan eso, menos le puede gustar a sus padres. Y si un obispo te dice eso, ¿te lo tomas como un piropo?

¿Quién llamó bioadulteros a los matrimonios que recurren a la fecundación in vitro cuando el donante de un gameto no es uno de los miembros de la pareja? Pues monseñor Reig Pla, obispo de Cartagena-Murcia.

¿Quién insultó a los profesores de la Comunidad Valenciana asegurando que en sus clases enseñaban la homosexualidad? Monseñor Reig Pla.

¿Quién aseguró que los hijos de los divorciados, separados y madres solteras acabarían como delincuentes futuros? Monseñor Antonio Cañizares Llovera, arzobispo de Toledo.

¿Quién llamó moneda falsa a las familias homosexuales? Monseñor Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid y secretario de la Conferencia Episcopal.

¿Quién dijo que los malos tratos de las mujeres los ocasiona la revolución sexual? Monseñor Antonio Reig Pla. ¿Y quién aprobó esto en un documento llamado directorio de Pastoral Familiar? La Conferencia Episcopal Española.

¿Quién acuso a las parejas de hecho (los que viven juntos y no se casan) de provocar la quiebra de la seguridad social? Antonio Maria Rouco Varela, arzobispo de Madrid, del que ignoro ahora si pagará impuestos como los miembros de estas parejas. De todas formas, dichas parejas no tienen casi ningún reconocimiento en España.

Y existen muchos insultos más, aunque uno muy grave es llamar inmoral a la sociedad española que es un insulto frecuente en boca de muchos obispos. Yo no digo que los obispos no hablen como algunos dicen que yo defiendo. He dicho que se moderen, que midan muy bien lo que dicen y afirman, y que no suelten cualquier cosa a los medios, pues ellos son la cabeza de nuestra Iglesia. Que un cura o un laico digamos una cosa no es noticia ni significa nada. Que lo haga un cargo de responsabilidad de la Iglesia implica que moja con sus comentarios a la propia Iglesia.

Luego tendremos polémicas por no tener algunos obispos capacidad para dirigirse a los periodistas. Así tenemos al de Tenerife, Álvarez Alfonso y los niños que van provocando que los violen. Muchas polémicas se podrían haber ahorrado si se tomasen la molestia de pedir que se les entreviste por escrito si no dominan la entrevista oral. O se podrían haber acallado si el obispo saliera a pedir disculpas en lugar de arrastrar la polémica durante semanas.

Los obispos deben reconocer su culpa. En especial esa minoría episcopal que se asoma a los micrófonos continuamente para sembrar la opinión pública con declaraciones polémicas. Sin duda la mayoría de obispos son en mi opinión personas muy moderadas y trabajadores en sus diócesis, pero algunos viven continuamente de llamar a los micrófonos para hacerse oír. Y para lograr ser titulares en algo no dudan en decir un disparate para ser portada.

Y respecto a mi afiliación política, estoy como todo afiliado. Ni estoy en cúpula alguna de UPyD ni nada. Y estoy muy contento donde estoy. Como si cierta persona que no nombro no hubiese estado nunca afiliado al laico Partido Popular. Pues él estuvo ahí y yo estoy ahora donde estoy. Y desde luego lo que no soy es un meapilas que babea con sus besos los anillos episcopales como es el.
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